viernes, 13 de diciembre de 2013

PARAFRASEANDO A LOS GIGANTES: CUARTA ENTREGA


Esta es la cuarta entrega en que parafraseo una serie de pensamientos, aforismos, apotegmas, máximas, proverbios, refranes, etc., para convertirlos y acercarlos a los temas del libro y la lectura. Como ya lo señalé antes, se inició con la entrada del 16 de marzo (ver: http://elartedeleermromane.blogspot.com/2013/03/una-forma-entretenida-de-ejercitar-la.html).

La lista, como en las tres entregas anteriores, muestra en primer término la frase parafraseada y luego la frase sin parafrasear (FSP) junto con el nombre de su autor (cuando no es anónima), todas creadas en el 2013 y dadas a conocer por primera vez en mi cuenta de Twitter: @El_arte_de_leer.

Parafraseando un proverbio ghanés: «Quien no sabe leer dice que los libros no valen nada».
FSP: «Quien no sabe bailar dice que los tambores no valen nada».
Proverbio ghanés

Parafraseando a Kundera: «Leer significa renunciar a la fuerza».
FSP: «Amar significa renunciar a la fuerza».
Milan Kundera

Parafraseando a Boileau: «Antes que escribir, aprended a leer».
FSP: «Antes de escribir, aprended a pensar».
Nicolás Boileau

Parafraseando a Horace Mann: «Un ser no está completo hasta que no lee».
FSP: «Un ser no está completo hasta que se educa».
Horace Mann

Parafraseando a Platón: «El objetivo de la lectura debe ser la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano».
FSP: «El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano».
Platón

Parafraseando a John Cage: «El arte de leer no es algo que haga una sola persona, sino un proceso puesto en movimiento por muchos».
FSP: «El arte no es algo que haga una sola persona, sino un proceso puesto en movimiento por muchos».
John Cage

Parafraseando a Arturo Graf: «El que en el arte de leer ha llegado a maestro puede prescindir de las reglas».
FSP: «El que en un arte ha llegado a maestro puede prescindir de las reglas».
Arturo Graf

Parafraseando a Víctor Hugo: «Un poeta es un mundo encerrado en un libro».
FSP: «Un poeta es un mundo encerrado en un hombre».
Víctor Hugo

Parafraseando a Heidegger: «Solo hay mundo donde hay libros».
FSP: «Solo hay mundo donde hay lenguaje».
Martín Heidegger

Parafraseando a Tchaikovski: «En verdad, si no fuera por los libros, habría más razones para volverse loco».
FSP: «En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco».
Piotr Ilich Tchaikovski



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Nota: La ilustración «Buscando la imaginación en los libros», de Chen Wei, al inicio de esta entrada, fue tomada de la siguiente dirección electrónica:
http://bibliolectors.tumblr.com/page/38

viernes, 29 de noviembre de 2013

EL ANHELO DE TODO ESCRITOR


Todo escritor anhela ser leído y que el lector disfrute de su obra. Sin embargo, no todos los que pertenecen a ese mundo han conocida esa forma de felicidad reservada especialmente a los literatos, o simplemente no han saboreado ello desde el inicio de su carrera.

Las dos anécdotas que voy a citar en esta entrada están relacionadas con lo antedicho. Han sido tomadas del libro De cuando Vargas Llosa noqueó a Gabo y otras 299 anécdotas literarias, de Luis Fernández Zaurín, y muestran las dos caras de la moneda: el anverso y el reverso; pero como este blog busca siempre ver el lado amable de las cosas, dejaré para el cierre el final feliz.

El reverso: Sabemos que Santiago Roncagliolo es un narrador exitoso (ganó el premio Alfaguara en el 2006 con Abril rojo); no obstante ello, antes de lograr el reconocimiento de la crítica, le ocurrió lo que transcribo a continuación (Fernández recoge el testimonio directamente del protagonista): «Antes de ganar el premio Alfaguara me invitaban igual a firmar libros en ferias como la de Madrid. Cuando a uno no le conoce nadie, lo peor de todo es que la gente ni te mire. Una tarde estaba en la caseta de la editorial, junto a Julia Navarro, autora de varios libros de éxito como La hermandad de la sábana santa que, además, firmaba ejemplares a buen ritmo. De todos modos, para mí, estar en la caseta era como tener un despacho: venían mis amigos a verme, hablaba con la gente…

»Una tarde una mujer se acercó a mí para que le cobrara un libro que, evidentemente, era de Julia Navarro, un ejemplar de su best-seller. Fue horrible tener que decirle que yo no cobraba libros, que me encontraba allí firmando el mío». (2009: 165).

Que estés triste porque te enteras que no te leen en Madrid ya es un inconveniente grande para alguien que aspira dedicarse a escribir en España, pero que encima te ubiquen al lado de una autora exitosa que sí vende sus libros, y que para colmo pretendan que cobres los que le compran a ella como si fueras un empleado más, eso rebasa los límites de la imaginación del mejor humorista. A veces la realidad no necesita ser trabajada ni aumentada para sorprendernos o hacernos sonreír, sino simplemente ser mostrada tal cual.

El anverso: La otra anécdota hace realidad lo que es el anhelo de todo escritor (enunciado en la primera línea de este envío). No requiere ser comentado, así que me limito a reproducirla completa porque me encantó: «La librería Foyles de Londres es una de las más antiguas de la ciudad. Se trata de un centenario establecimiento conocido, especialmente a comienzos del siglo pasado, por las recomendaciones de autores que hacían sus empleados. Corría el mes de septiembre de 1922 cuando entró a la librería un hombre elegante, con porte señorial, solicitando que le aconsejaran un buen libro para leer ya que tenía que realizar un viaje en tren. Una de las dependientas, muy amable, insistió en que adquiriese el libro La saga, una excelente  novela del dramaturgo y novelista John Galsworthy (Kingston, 1867-Londres, 1933), quién [sic] en 1932 ganaría el Premio Nobel de Literatura. Le explicó que se trataba de un magnífico fresco de tres generaciones de una vasta familia inglesa de clase media a finales del siglo XIX.

»—No se arrepentirá —dijo la mujer cuando el hombre hubo pagado el libro—. Lo he leído, y me ha causado una gran satisfacción.

»El hombre salió de la librería y unos minutos [después] volvió a entrar y le entregó el libro a la dependienta que se lo había vendido. En la solapa del libro se podía leer:

»“A la señorita que leyó con tanto placer mi obra. John Galsworthy”». (Fernández 2009: 179).


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Nota: La foto de John Galsworthy, al inicio de esta entrada, fue tomada de la siguiente dirección electrónica: http://en.wikipedia.org/wiki/File:John_Galsworthy_2.jpg



Bibliografía

FERNÁNDEZ ZAURÍN, Luis. De cuando Vargas Llosa noqueó a Gabo y otras 299 anécdotas literarias. Barcelona, España: Styria de Ediciones y Publicaciones, 2009.

lunes, 7 de octubre de 2013

DEFINICIONES DEL LIBRO


Adaptando la mecánica del juego de roles (que consiste en interpretar el papel de un personaje imaginario) a la escritura y confinándola al tema de este espacio virtual, se me ocurrió proponer la definición del libro desde la perspectiva de las diferentes profesiones que existen (no están todas, por cierto), a fin desarrollar o poner en práctica la capacidad de empatía, tan necesaria en estos tiempos, y tan útil para la comprensión de textos como pasaré a demostrar.

Para Victoria Cardona, por ejemplo, la empatía «es una habilidad que nos ayuda a leer emocionalmente al más próximo» (ver: http://www.vidadefamilia.org/pagina.php?id=45). Yo añadiría a ello que también nos ayuda a leer emocionalmente al autor de un libro que, al fin y al cabo, también es una persona de carne y hueso. Además, ya la ciencia ha demostrado que la lectura de las obras de ficción ayuda a desarrollar la empatía (ver: http://www.tendencias21.net/La-literatura-de-ficcion-incrementa-rapidamente-la-empatia_a24878.html); entonces, por qué no puede suceder lo contrario, digo yo, si está demostrado igualmente que mientras más lees (sobre todo empleando estrategias metacognitivas) mejor lees (Pinzás 2001: 41 y 2006: 8).

Si promoviendo la lectura (de ficción) desarrollamos la empatía y desarrollando la empatía leemos mejor, es de esperarse que leyendo más de continuo (esto es, adquiriendo una mayor educación y cultura) también podamos promover la paz. Esta postura está avalada no solo por el artículo X  de la «Carta del libro» («“Las guerras germinan en el espíritu de los hombres —declara el Acta de Constitución de la UNESCO— y es en el espíritu de los hombres donde deben ser erigidas las defensas de la paz”. Los libros representan una de las principales defensas de la paz, en razón del papel considerable que juegan en la creación de un clima intelectual de amistad y de comprensión mutua» [Barker y Escarpit 1974: 225]), del que ya hablé en una entrada del 13 de enero del 2012, sino también por la intuición, genial por cierto, de dos grandes personajes de la historia.

El primero de ellos es Gandhi a quien cita Cardona: «Las tres cuartas partes de las miserias y malos entendidos en el mundo acabarían si las personas se pusieran en los zapatos de sus adversarios [esto es, si fueran empáticos] y entendieran su punto de vista». (Ibíd.).

El segundo es María Montessori, quien es citada por Pla, Cano y Lorenzo: «La nueva educación [que no se puede concebir desligada de la lectura] es una revolución. Una revolución no violenta: si triunfa, las revoluciones violentas se volverán imposibles». (2001: 92).

Volviendo a nuestro asunto, algunas definiciones sobre el libro que ofreceré a continuación son más logradas que otras seguramente, y, tal vez, no pocas susciten incredulidad o desacuerdo. La idea en este caso no es incordiar, incomodar o entrar en desacuerdo con nadie sobre ello, sino únicamente incorporar la parte lúdica como ejercicio útil para los que busquen mejorar sus destrezas lectoras. Las líneas que siguen muestran el resultado de esa labor.

El poeta —El libro es el pensamiento empastado; es la flor y nata del jardín de las ideas.
El educador —El libro es, tal vez, el único recurso didáctico autosuficiente.
El psicólogo —El libro es la necesidad de hurgar en los recintos de la mente para plasmar ese recorrido.
El lingüista —El libro es el registro y la consagración del habla culta en la historia.
El corrector de textos —El  libro es una colección de gazapos no siempre fácilmente detectables.
El administrador de empresas —El libro es una nueva posibilidad de ingresos y la mejor oportunidad para crear capital humano.
El economista —El libro es una oferta seria de ilustración ante una demanda social de saberes.
El empresario —El libro es con frecuencia un producto comercial de baja rentabilidad económica, pero con amplios beneficios cognitivos.
El matemático —El libro es una suma de capítulos y una resta de ambigüedades, y hace posible la multiplicación de las ideas y la división del conocimiento dentro de las ciencias y las humanidades.
El arqueólogo —El libro es un vestigio sistematizado de un orden mental.
El antropólogo —El libro es la piedra angular de la cultura.
El químico —El libro es una suma de ingredientes debidamente combinados para producir la alquimia de la fantasía y la imaginación.
El bibliotecario —El libro es un servicio inspirado en el bien común.
El pacifista —El libro es el más grande invento contra la violencia y las guerras.
El historiador —El libro es un momento del vértice en el que confluyen el tiempo y el espacio.
El filósofo —El libro es una probable respuesta a una duda o pregunta razonable.
El periodista —El libro es una noticia argumentada, narrada o cantada y, por lo general, desfasada.
El médico —El libro es la medicina más oportuna para la enfermedad del alma.
El biólogo —El libro es el único organismo muerto que, por lo común, encierra un pensamiento vivo.
Sócrates —El libro es el argumento más contundente para demostrar que nada sabemos.

Los invito ejercitarse en esta actividad proponiendo definir otros términos, o asumiendo roles diferentes o incluso históricos (esto último, sin embargo, requeriría de un estudio más detenido del personaje). Estoy seguro que si nunca lo han hecho antes, no les será tan fácil salirse de su mundo personal y adoptar un rol distinto al suyo.



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 Nota: La imagen de la escultura Marcia leyendo en el parque (homenaje a Charles Schulz), de Tívoli Too en San Pablo, Minnesota, EE.UU., al inicio de este envío, fue tomada de la siguiente dirección electrónica: http://bibliolectors.tumblr.com/post/32407020110/marcy-reading-in-the-park-marcia-leyendo-en-el



Bibliografía

BARKER, Ronald E.; y ESCARPIT, Robert. El deseo de leer. Barcelona: Ediciones Península, 1974.
BUSINESS COACHING FIRM. «6 tips para incrementar tu empatía». BFC México. Consulta: 04.10.2013. <http://bcfmexico.com/blog/2013/04/01/6-tips-para-incrementar-tu-empatia/>

CARDONA, Victoria. «Empatía I». En Vida de familia. España. 2012. Consulta: 04.10.2013. <http://www.vidadefamilia.org/pagina.php?id=45>

PINZÁS, Juana. Se aprende a leer leyendo. Ejercicios de comprensión de lectura para los docentes y sus estudiantes. Lima: Tarea, 2001.

____________ Guía de estrategias metacognitivas para desarrollar la comprensión lectora. Lima: Ministerio de Educación, 2006.

PLA MOLINS, María; CANO GARCÍA, Elena; y LORENZO RAMÍREZ, Nuria. «María Montessori: el Método de la Pedagogía Científica». En TRILLA BERNET, Jaume. El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. Barcelona: Editorial Graó, 2001.

TENDENCIAS21.NET. «La literatura de ficción incrementa rápidamente la empatía». Tendencias 21. 04.10.2013. Consulta: 04.10.2013. <http://www.tendencias21.net/La-literatura-de-ficcion-incrementa-rapidamente-la-empatia_a24878.html>

jueves, 5 de septiembre de 2013

UNA FORMA SENCILLA DE PRACTICAR LA LECTURA


Aprender a identificar en una obra los pasajes que encierran un mensaje con sentido completo sobre la naturaleza humana, y que se pueden leer de manera independiente, es, como se dice en el título de esta entrada, una forma sencilla de practicar la lectura.

Este ejercicio ayuda a entrenar el ojo en detectarlos rápidamente. Cuando esto suceda, no olviden subrayar la línea o líneas con el lápiz y apuntar en la última hoja en blanco de su libro el número de página en que se encuentra. Así,  si olvidan donde la vieron bastará con revisar sus apuntes.

En una página web se dice algo que es muy cierto: «Tal como sospechábamos: no todos aquellos que citan frases de los maestros de la literatura o de la ciencia las han extraído de las páginas originales. Algunos, por no decir la mayoría, se han valido de los muchos diccionarios de citas que salen al mercado. No es ningún pecado, sólo es la realidad» (ver:  http://www.profes.net/varios/minisites/aprender/contficha.asp?id_contenido=315&cat=C%F3mo+usar+el+diccionario&seccion=).

En Lima, es usual ver en las calles folletos en venta que contienen máximas y sentencias de los grandes pensadores; pero estos con frecuencia no mencionan el libro de donde extrajeron el fragmento ni la página o capítulo al que pertenece. Lo que nos puede llevar a pensar que se trata de una recopilación de otras recopilaciones y donde el riesgo de error y confusión es muy grande.

Por ello, mi recomendación es que si se animan a ejercitarse en este pasatiempo, sería mejor transcribir la cita encontrada en una ficha y  tomar nota del nombre del autor, del título de la obra, de la ciudad, la editorial, el año y el número de la página. Una cita con toda esa información es más útil y confiable que aquellas que no la tienen, pues uno puede corroborar si realmente lo dijo tal autor en tal obra, de tal edición, de tal año y en tal página. Y si te llega a gustar esa práctica puedes armar un pequeño diccionario de citas y pensamientos, y si es de autores peruanos, pues mucho mejor.

Una cita extraída por uno mismo tiene más posibilidades de ser recordada y te permite disfrutar de la satisfacción personal que implica el saber que puedes confeccionar tu propia antología de citas y el de poseer un tesoro de sabiduría que lo puedes emplear para cualquier eventualidad e incluso cuestionarlas (como lo proponen en la web profes.net. mencionada).

En esta labor uno tiene que saber a qué libros recurrir porque hay textos en donde no vas a encontrar un solo pensamiento. Lo ideal para este trabajo es revisar a los autores clásicos, con ellos no hay pierde.

Esta forma de leer, sin embargo, puede traer el inconveniente de distraer la atención del lector del argumento y la trama de la historia. Por ello, es mejor practicarla tomando en cuenta su significado con relación a la historia que se lee.

Acá les muestro algunos ejemplos de citas extraídas del más grande dramaturgo de todos los tiempos: William Shakespeare. Tal vez he exagerado en la precisión del dato, pero ello fue porque disfruté mucho con la pesquisa realizada.


«El que padece de vértigos se imagina que el mundo da vueltas a su alrededor».
(Lo dijo la viuda en La doma de la bravía. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2003. [Trad. de Luis Astrana Marín], t. II, acto V, escena II, p. 521).

«La propiedad de la clemencia es que no sea forzada; cae como la dulce lluvia del cielo sobre el llano que está por debajo de ella; es dos veces bendita: bendice al que la concede y al que la recibe».
(Lo dijo Porcia en El mercader de Venecia. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2003. [Trad. de Luis Astrana Marín], t. II, acto IV, escena I, p. 157).

«¡Amigo! ¡No escondáis el rostro bajo el sombrero! Entregad palabras al dolor, que la angustia que enmudece susurra palabras al oído del roto corazón, hasta que lo mata del todo».
(Lo dijo Malcolm en Macbeth. Barcelona: Ediciones Castell, 1981 [trad. de Ramiro Pinilla], acto IV, escena III, p. 430).

«¡Lo justo y lo noble nunca parece bien a los malos! Las almas despreciables sólo se alimentan de sí mismas».
(Lo dijo el duque de Albania en El rey Lear. Barcelona: Ediciones Castell, 1981 [trad. de Ramiro Pinilla], acto IV, escena II, p. 347).

«A un espíritu noble le agravian las ofrendas si no vienen respaldadas por el afecto».
(Lo dijo Ofelia en Hamlet. Barcelona: Ediciones Castell, 1981 [trad. de Ramiro Pinilla], acto III, escena I, p. 227).

«La malicia no descubre su verdadero semblante hasta consumar su obra».
(Lo dijo Yago en Otelo. Barcelona: Ediciones Castell, 1981 [trad. de Enrique Chueca], acto II, escena I, p. 37).

«¡Los hombres son algunas veces dueños de sus destinos! ¡La culpa… no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores».
(Lo dijo Casio en Julio César. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2003. [trad. de Luis Alberto Marín], t. I, acto I, escena II, p. 480).

«El amor es humo engendrado por el hálito de los suspiros. Si lo alientan, es chispeante fuego en los ojos de los enamorados. Si lo contrarían, un mar nutrido con lágrimas de amantes. ¿Qué otra cosa más? Cuerdísima locura, hiel que endulza y almíbar que amarga».
(Lo dijo Romeo en La tragedia de Romeo y Julieta. Madrid: Santillana Ediciones Generales, 2003. [trad. de Luis Alberto Marín], t. I, acto I, escena I, p. 275).




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Nota: La imagen al inicio de esta entrada fue tomada de la siguiente dirección electrónica: http://en.wikipedia.org/wiki/File:William_shakespeare.jpg




lunes, 19 de agosto de 2013

PARAFRASEANDO A LOS GIGANTES: TERCERA ENTREGA


Continuando con la serie iniciada en la entrada del 16 de marzo, y cuya segunda entrega se publicó el 9 de mayo del 2013 en este mismo blog, en donde, como ya lo señalé antes, recopilaba pensamientos, aforismos, apotegmas, máximas, proverbios, refranes, etc., que me encargaba de convertirlos y acercarlos a los temas del libro y la lectura, la siguiente lista muestra en primer término la frase parafraseada y luego la frase sin parafrasear (FSP) junto con el nombre de su autor (cuando no es anónima). Todas ellas fueron dadas a conocer antes en mi cuenta de Twitter: @El_arte_de_leer.

Parafraseando a Platón: «La lectura es para las neuronas lo que la gimnasia para el cuerpo».
FSP: «La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo».
Paltón

Parafraseando a Oscar Wilde: «El arte de leer no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necesario para vivir».
FSP: «El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necesario para vivir».
Oscar Wilde

Parafraseando a Borges: «Ordenar tus lecturas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica».
FSP: «Ordenar bibliotecas es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica».
Jorge Luis Borges

Parafraseando un conocido refrán: «Un libro al año sí hace daño».
FSP: «Una vez al año no hace daño».
Refrán popular

Parafraseando a Albert Camus: «En los libros hay más cosas dignas de admiración que de desprecio».
FSP: «En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio».
Albert Camus

Parafraseando a Pascal: «Cuando no se lee demasiado, no se lee lo suficiente».
FSP: «Cuando no se ama demasiado, no se ama lo suficiente».
Blaise Pascal

Parafraseando a Balzac: «Puede uno leer sin ser feliz; puede uno ser feliz sin leer; pero leer y ser feliz es algo prodigioso».
FSP: «Puede uno amar sin ser feliz; puede uno ser feliz sin amar; pero amar y ser feliz es algo prodigioso».
Honoré de Balzac

Parafraseando a Wayne W. Dyer: «Somos aquello que leemos».
FSP: «Somo aquello en lo que creemos».
Wayne W. Dyer

Parafraseando a Kant: «Dormía y soñaba que la vida era bella; desperté y advertí que la vida era leer».
FSP: «Dormía y soñaba que la vida era bella; desperté y advertí que la vida era deber».
Immanuel Kant

Parafraseando a Ludwig Wittgenstein: «Los límites de mi lenguaje son los límites de mis lecturas».
FSP: «Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente».
Ludwig Wittgenstein



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Nota: La obra pictórica «La lectora», de Jean-Honoré Fragonard (1732-1806), que aparece al inicio de esta entrada, fue tomada de la siguiente dirección electrónica:
http://albertogranados.wordpress.com/2011/12/16/mujeres-leyendo/