domingo, 11 de septiembre de 2022

CUATRO NARRACIONES CORTAS QUE RECOMIENDO LEER I

Suelo publicar en mi cuenta de Instagram (@marco_a_roman_e) una foto o una captura de pantalla de los libros que estoy leyendo acompañado de un fragmento de los mismos transcrito para la ocasión.

Haciendo una selección de libros dentro de mi experiencia lectora, hoy me animé a publicar una lista breve de las narraciones cortas (de menos de ciento cincuenta páginas) que considero que vale la pena leer. Y solo son cuatro por el momento para no extender mucho el texto.

En este primer artículo, mencionaré las dos primeras recomendaciones; y en el siguiente, las otras dos:

 

(1)   El alumno, de Henry James

Se trata de un relato cuyo desarrollo muestra la relación cercana de un tutor con su alumno. Pemberton llega a la casa de la familia Moreen en Niza (Francia) para trabajar como preceptor del niño Morgan. Lo que no sospechaba era que esa familia estaba acostumbrada a no pagar a los que llegaban a esa casa para trabajar con ellos.

Morgan Moreen, el alumno, sabía eso desde la llegada de Pemberton y le hacía alusiones a ello hasta que una vez se lo dijo directamente. Pemberton lo negaba y quería hacerle creer a Morgan que sí le pagaban tal vez por vergüenza de que se enterara de lo que realmente ocurría. Su alumno también le confesó cómo es que sabía y estaba seguro de que sus padres no le pagaban por el trabajo que desempeñaba. Zénobie, una niñera que trabajó antes con ellos, se lo contó. Trabajó dos años en su casa y no le pagaron puntualmente su sueldo.

Por momentos, los Moreen hacían gala de una vida de lujo y confort viajando por diferentes países, pero luego pasaban por momentos de gran estrechez económica. Morgan y Pemberton habían hablado de la posibilidad de irse juntos a trabajar y mantenerse ellos mismos por sugerencia del niño. Ambos estuvieron de acuerdo con ello.

A Pemberton, por el año que iba trabajando, solo le pagaron ciento cuarenta francos y en otra oportunidad trescientos francos, y en un tercer intento de la señora Moreen por darle cincuenta francos él no lo aceptó para tener la libertad de decidir sobre su situación, aunque, como ya lo había notado ella misma, Pemberton no era capaz de irse (cautivado por la inteligencia superior del niño, y, al parecer, por alguna otra razón más), y dejarlo a merced de sus padres. Por eso, resultaba hasta gracioso que llegara el momento en que la señora Moreen le pidiera prestado a Pemberton sesenta francos.

Y hasta allí cuento la historia para no destriparla o hacer spoiler.  Se trata de un buen relato, sin duda (aunque no llega a superar a la novela Otra vuelta de tuerca, del mismo autor), principalmente porque se traza en ella con precisión y sin mucha prolijidad (lo cual es rescatable) la personalidad de los señores Moreen como dos personas que viven de las apariencias, con momentos de bonanza, que son más aparentes que reales. Me sorprende que el narrador no cuente de qué vivían los Moreen y a pesar de eso la historia se sostenga, en todo caso ni Morgan ni Pemberton sabían realmente de qué vivían ellos.

Pemberton, por su parte, es un preceptor noble que valora y estima a su alumno, por eso soporta trabajar sin un pago regular, y decide no abandonar la casa. Algo que solo hace cuando recibe una oferta de empleo en Londres, aunque después regresa cuando se entera que su alumno está enfermo. Es un hombre sentimental y con sensibilidad social. Se ofrecen rasgos de la inteligencia superior de Morgan en el relato, pero pudieron agregarse algunos más contundentes para dar mayor verosimilitud a esa cualidad.

A pesar de los detalles señalados, sí recomendaría leer este libro porque es corto y está bien trazado en él la psicología del caradura (o conchudo, como se le llama en Perú a ese tipo de personas), principalmente en la forma de comportarse de la señora Moreen (si el esposo hubiese tenido más participación en la novela lo hubiera mencionado también a él), aunque además tiene rasgos del pretencioso.

En un estupendo artículo del 2011 titulado «La conducta en un relato de Henry James: The Pupil», de Cándido Pérez Gallego, el investigador español ofrece una nueva perspectiva de lectura que enriquece el texto (si lo vemos desprejuiciadamente) e incluso hace ver su final de una manera distinta. Puede resultar controvertido su punto de vista para algunos (no para mí), pero la propuesta está bien sustentada. Esta es la lectura que hace Cándido Pérez de El alumno y que suscribo:

Hemos visto que en el relato The Pupil, de Henry James, hay una serie de elementos poco claros, como la relación entre los dos protagonistas de la acción. En su amistad hay algo excesivo que podríamos tomar por homosexual sin temor a excedernos, pues Henry James es un autor que ha dado lugar a las interpretaciones más variadas de la sexualidad de sus personajes. Para completar este aspecto del relato nos hemos interesado por la imagen del proyecto de fuga de los dos amantes y el matrimonio no permitido por los padres. En todos los sentidos la relación del muchacho con su tutor se ajusta a estos patrones amorosos de James. Es imprescindible aclarar en esta conclusión que es muy poco probable que James pretendiera conscientemente mostrar una relación amorosa de tipo homosexual y que a pesar de los esfuerzos interpretativos no hay ninguna indicación específica en ese sentido en el texto (ver: https://bit.ly/3erynzR).

En el análisis meticuloso que hace Pérez Gallego, se cita constantemente el texto original en inglés para respaldar sus argumentos y se ofrece también una interpretación sustentada en la obra del autor, esto es, en otras novelas suyas, estableciendo las coordenadas de las tendencias generales que se observan en ellas. Además, al considerar una posible relación homosexual entre los personajes principales, el final del relato cobra una dimensión distinta y se enriquece el texto definitivamente. Esa nueva forma de concebir el final también la explica Cándido Pérez; sin embargo, no considero pertinente citar ese pasaje aquí para dejar que el lector que aún no ha leído la obra pueda disfrutarla con comodidad.

Por último, sugiero a los lectores que no les guste el spoiler que no lean este artículo antes de leer el relato de Henry James porque Cándido Pérez hace una revisión completa de ese texto y adelanta el final desde los primeros párrafos.

 

(2)   El misántropo de Latacunga, de Carlos Herrera Toro

Una novela que conmueve por la sucesión de tragedias que le ocurren a Enrique Rodas Andrade, quien padece en primer término el maltrato en el colegio de parte de uno de sus compañeros llamado Cristian, que tiene un odio irracional e inexplicable hacia él, al punto de provocar con sus burlas e insultos una reacción violenta en Enrique. Luego hace que su hermano mayor salga en su defensa y busque golpearlo, aunque en ese momento, por lo menos, eso no llega a ocurrir porque Miguel, el hermano mayor de Enrique, aparece de repente para rescatarlo y así pueden vencer juntos a sus rivales.

Sin embargo, cuando fallece su padre y luego su hermano Miguel, padecerá su familia de problemas económicos, y Enrique también otra vez el acoso de esos truhanes que le harán perder la paciencia nuevamente y luego lo golpearán sin piedad entre los dos, que es como actúan los cobardes. Esa enemistad, que hace recordar por momentos la rivalidad mortal entre Ben Hur y Messala en la famosa película dirigida por William Wyler (con sus diferencias, por cierto, la más saltante: Enrique y Cristian nunca fueron amigos ni competían entre ellos como sí lo fueron Ben Hur y Messala; y, por el contrario, siempre fueron enemigos), tendrá un desenlace funesto del que el lector se enterará cuando lea la novela.

La precocidad con que destacan las habilidades intelectuales de Enrique Rodas Andrade, debido a su voracidad lectora, le granjean simpatías entre los adultos y entre las jovencitas que no dudan en escribirle cartas de amor, aunque esos escarceos amorosos no tendrán el fin esperado. Sin embargo, la tragedia mayor para Enrique Rodas Andrade vendrá cuando vuelva a aparecer Cristian en su vida.

La estructura de la novela también me parece digna de destacar. Su diseño arquitectónico se compone de tres partes: la primera de nueve capítulos; y la segunda y tercera de diez. Le antecede a la primera parte un prólogo, una nota del transcriptor, un extracto de una orden fiscal (con un lenguaje jurídico y burocrático muy verosímil) y una carta de Enrique Rodas Andrade. Y le sucede a la tercera parte otra nota del transcriptor acompañada de una carta de Marco Sacoto, el mejor amigo de Enrique.

Esos textos adicionales que añade el transcriptor a la novela permiten completar su sentido y entender algunos detalles que podían haber quedado en el terreno de lo ambiguo. Además, revelan meditación y cálculo, por parte del autor, para lograr un producto que responda a sus aspiraciones. Es decir, es una obra que no deja cabos sueltos y está racionalmente construida.

Otro rasgo rescatable de la novela es el espacio en el que se desarrollan los acontecimientos: la ciudad de Latacunga, en donde vive Enrique Rodas Andrade, que no se llega a convertir en un personaje más y el principal de la novela (como ocurre por ejemplo con Comala en Pedro Páramo, de Juan Rulfo, según lo indica Ligia E. Capdevila en una colaboración suya para Escritores.org [ver: https://bit.ly/3x9ctYw], aunque en este caso ese espacio geográfico no es real, sino inventado por la magia de la literatura), pero sí tiene un rol importante, de todos modos, al mostrar algunos lugares principales de esa localidad, algunas de sus fiestas, tradiciones y costumbres, y algunos rasgos de la idiosincrasia del poblador latacungueño.

Recomiendo no solo leer este libro, sino ver la entrevista a Carlos Herrera Toro que le hacen en el programa Cotopaxi al Aire que está disponible en YouTube (ver: https://bit.ly/3Q0zxPR), en donde el escritor nos ofrece más detalles sobre su vida y su obra.  

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Nota: La imagen, al inicio de esta entrada, es una captura de pantalla de la portada del libro.

 

Bibliografía

 

ALMENDÁRIZ, Mónica. El misántropo de Latacunga. (Entrevista a Carlos Herrera Toro) En Cotopaxi al Aire, 25 de abril del 2019. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3Q0zxPR

CAPDEVILA, Ligia E. «Relación del pueblo de Comala con Pedro Páramo en Pedro Páramo de Juan Rulfo». En Escritores.org, 5 de junio del 2012. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3x9ctYw

HERRERA TORO, Carlos. El misántropo de Latacunga. Latacunga, s/e, s/a.

JAMES, Henry. El alumno. Madrid: Editorial Eneida, 2010. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3RjnKgA

PÉREZ GALLEGO, Cándido. «La conducta en un relato de Henry James: The Pupil». En Mar Oceana. Revista del humanismo español e iberoamericano, N° 28, 2011, 151-161. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3erynzR