sábado, 21 de febrero de 2009

LA LECTURA SELECTIVA



Debido a la imposibilidad de conocerlo todo y, por lo tanto, de saberlo todo, la necesidad de aprovechar de la mejor manera el poco tiempo disponible que uno tiene obliga a escoger qué leer y qué no leer.

Silvia Adela Kohan recoge en su libro las cinco reglas que impone para la lectura André Maurois en El arte de leer. Sólo voy a mencionar las dos que considero más útiles.

“La primera es que vale conocer a la perfección algunos pocos escritores, así como unos pocos temas, que de una forma superficial, una gran cantidad de autores. Las bellezas de una obra no se juzgan bien a la primera lectura. Conviene, durante la juventud, pasar por entre los libros como se va por el mundo: buscando amigos. Pero una vez encontrados, escogidos, adoptados, hay que retirarse con ellos a nuestro refugio.

“La segunda, es conceder en nuestras lecturas un lugar espacioso para los grandes textos. Claro está que es preciso y natural que nos interesemos por los autores de nuestro tiempo (…). Pero no vayamos a dejarnos cubrir por las aguas de los libros ínfimos. El número de obras maestras es tan grande que nunca podremos conocerlas todas (…). Homero, Cervantes, Shakespeare, Molière, son, desde luego, dignos de su fama. Hemos de darles alguna preferencia sobre aquellos que aún no han soportado la prueba del tiempo” (1999: 35 y 36).

En su “Carta a una aprendiza de epistemóloga”, Mario Bunge le aconseja a ésta lo siguiente: “…Y rodéese de buenos libros y sea omnívora pero no trague todo lo que está a su alcance: seleccione” (1993: 259).

También le dice: “Dedique un par de años a los estudios históricos, pero trate de conservar toda la vida el trato amistoso con los gigantes del pasado” (1993: 261).
No es de sorprender que Maurois y Bunge coincidan en estos puntos. La fórmula para llegar lejos tanto en las ciencias como en las letras es la misma.

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Nota: El cuadro titulado “Joven mujer leyendo” pertenece al pintor francés Jean-Baptiste Camille Corot (1796-1875) y fue tomado de la siguiente dirección electrónica: http://elartedelalectura.blogspot.com/2006_03_01_archive.html


Bibliografía

ADELA KOHAN, Silvia. Disfrutar de la lectura. Barcelona: Plaza y Janés Editores, 1999.

BUNGE, Mario. Epistemología. Curso de actualización. Barcelona: Editorial Ariel, 1993.

2 comentarios:

  1. Para mí, la lectura útil y selectiva, la que siempre me acompaña en la mesita de noche, es aquella, en la que ya desde sus primeras estrofas se puede oler su perfume, se puede apreciar su calor, se puede sentir su dolor,
    y hasta se puede paladear su agradable sabor. Ello da luz a tu oscuridad,, te abre la mente, y te hace ser más comprensivo, con las banalidades, que por desgracia tienes que escuchar todos los días. Una de mis prácticas es leer cinco o seis libros a la vez, los cuales voy alternando, ya que en la variedad está el gusto. Es verdad que generalmente se trata de autores clásicos o premios nobel.
    La lectura nos hace más humanos, y viene muy bien para prevenir el envejecimiento de la mente.
    Un abrazo cordial desde España

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    1. Hola, Manuel. Yo también leo varios libros al mismo tiempo, entre cuatro y cinco a la vez. Y a los libros impresos le he sumado la lectura de libros en EPUB empleando el aplicativo "Play Libros".

      También quiero emplear más a menudo los audiolibros (que ayudan mucho a acortar el tiempo de lectura), pero no me acostumbro lo suficiente a ello aún, aunque pienso insistir en su uso (sobre todo para libros que necesito conocer, pero que no necesariamente tienen la calidad de un clásico).

      Y, sí, efectivamente, la lectura nos hace más humanos porque tal hábito permite, según algunos estudios, desarrollar la empatía en las personas. Una cualidad que te permite comprender a tus semejantes a través de la capacidad de ponerse en su lugar y sentir lo que ellos sienten.

      Un abrazo cordial desde Lima, Perú.

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