sábado, 26 de julio de 2014

LOS DISPOSITIVOS MÓVILES Y LA LECTURA



El año 2013, la Unesco publicó sus Directrices para las políticas de aprendizaje móvil, en cuya contraportada hace un anuncio sensacional: «Por primera vez en la historia hay en el mundo más teléfonos móviles y ordenadores portátiles planos que habitantes tiene el planeta».

Y aunque en los países desarrollados cuatro de cada cinco personas posee un teléfono móvil, a diferencia de los países en desarrollo donde esa cifra se reduce a dos de cada cinco (2013: 7), el futuro se ofrece prometedor. El documento señala que a «medida que el precio de los teléfonos móviles continúa reduciéndose, es probable que cada vez más personas, incluso algunas de zonas extremadamente empobrecidas, posean un dispositivo móvil y sepan utilizarlo» (2013: 10).

Esta situación permitió, permite y seguirá permitiendo en el futuro ampliar las posibilidades de lograr «igualdad de oportunidades de educación» para los sectores usualmente marginados, al introducir «nuevas vías de aprendizaje y mejorando la oferta educativa existente».

Un ejemplo de ello se puede observar en lo implementado por el gobierno de Colombia, el cual ha financiado un proyecto que «consiste en entregar dispositivos móviles de bajo precio equipados con programas educativos a 250.000 personas, con el fin de erradicar el analfabetismo».

El mismo documento se cuida en aclarar que tal proyecto no es un sustituto, «sino un complemento de las inversiones existentes en educación, como los libros de texto, la infraestructura, el equipo físico, la capacitación y los contenidos» (ibid.).

Lo resaltable del asunto es lo siguiente: «Las tecnologías móviles, gracias a que son muy fáciles de transportar y relativamente baratas, han ampliado enormemente las posibilidades y la viabilidad del aprendizaje personalizado» (2013: 12).

Pero al punto al que quería llegar es cómo estos dispositivos móviles ofrecen también oportunidades para desarrollar el hábito de la lectura e ir mejorando las habilidades y destrezas en ese terreno, e incluso en el estudio, a través de aplicaciones de los teléfonos móviles o tabletas que «permiten seleccionar textos más fáciles o más difíciles para las tareas de lectura en función de las competencias y los conocimientos de base de cada usuario» (ibid).

Otra ventaja en el uso de estos dispositivos móviles es que «el aprendizaje puede ocurrir en momentos y lugares que anteriormente no eran propicios para la enseñanza»; así, por lo general,

… las aplicaciones de aprendizaje móvil permiten elegir entre unidades didácticas que pueden completarse en unos pocos minutos y otras que exigen una concentración constante durante varias horas. Gracias a esta flexibilidad es posible estudiar durante una pausa larga o durante un corto trayecto en autobús (2013:14).

Si lo mencionado hasta ahora no lo ha sorprendido, las siguientes líneas sí lo harán:

Los dispositivos móviles tienen también una eficacia demostrada para reforzar la retención de información esencial. Algunas aplicaciones (basadas en la teoría de que el olvido humano sigue pautas determinadas) emplean logaritmos atentamente calibrados para programar la revisión de conceptos en momentos óptimos, después de que se hayan adquirido esos conocimientos y antes de que haya probabilidades de olvidarlos, con lo que se facilita la transferencia de información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. Para que estos programas sean eficaces, los educandos han de llevar consigo la tecnología  durante todo el día; la movilidad es fundamental (ibid.).

Igualmente, los dispositivos móviles amplían las oportunidades de aprendizaje, pues

… se utilizan habitualmente para crear comunidades de educandos que antes no existían. Yoza Cellphone Stories, un proyecto que se lleva a cabo en Sudáfrica, facilita que los jóvenes lean y comenten relatos cortos utilizando teléfonos móviles baratos, con los que se crea una comunidad de lectores en zonas donde escasean los libros en papel (2013: 17).

Para los alumnos con discapacidad visual,

... existen programas informáticos gratuitos que hacen posible, por ejemplo, que un teléfono móvil con cámara lea textos en voz alta. La tecnología móvil puede ayudar también a los alumnos con dificultades de aprendizaje. Los investigadores del Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics descubrieron recientemente que es posible reformatear textos en dispositivos digitales de pantalla pequeña para mejorar la velocidad y la comprensión de personas con dislexia. Descubrimientos como este han impulsado la creación de aplicaciones móviles adaptadas a las necesidades de las personas que tienen dificultades para leer a causa de una discapacidad (2013: 23).

En conclusión, los dispositivos móviles están ofreciendo respuestas a casi todas las dificultades con que pueda toparse un estudiante en su camino por encontrar iguales oportunidades de educación y superar los escollos personales para aprender a leer, mejorar sus habilidades lectoras y retener información.

A ello hay que agregar una afirmación que no necesita demostrarse: «los dispositivos móviles hacen realidad la idea de que en todos los sitios es posible aprender, haciendo de todo el planeta un aula abierta» (2013: 18).

No quería cerrar esta entrada sin transcribir un caso que me conmovió mucho y que muestra cuán útiles pueden ser los dispositivos móviles en la tarea de erradicar el analfabetismo en el mundo:

El proyecto de alfabetización móvil de la UNESCO utilizó teléfonos móviles como complemento y apoyo de un curso presencial de alfabetización impartido a 250 muchachas adolescentes que vivían en zonas remotas del Pakistán. En ese país, el analfabetismo constituye un problema grave que afecta de manera desproporcionada a mujeres y niñas. La tasa nacional de alfabetización de adultos es del 69% en el caso de los hombres y únicamente del 40% en el de las mujeres. Dado que las investigaciones en materia de educación demuestran que las habilidades de lectura y escritura recién adquiridas pueden perderse rápidamente si no van acompañadas de una práctica sistemática, los creadores del proyecto de la UNESCO deseaban encontrar un modo de apoyar a las jóvenes a distancia una vez acabado el curso. La única forma de comunicarse con las alumnas que vivían en pueblos sin computadoras o sin conexiones fiables de línea fija a Internet era a través de teléfonos portátiles. Los instructores del programa enviaron mensajes de texto a sus alumnas para recordarles que practicaran la escritura o releyeran pasajes de sus libros escolares. Además, hicieron preguntas a las alumnas que estas podían contestar con mensajes de texto. Todas las actividades y las comunicaciones estaban orientadas a reforzar la alfabetización que habían adquirido las jóvenes en el curso presencial. Antes de que el proyecto de la UNESCO utilizara los dispositivos móviles, solo el 28% de las niñas que acababan el curso de alfabetización obtenía la nota ‘A’ en el examen posterior. Sin embargo, con el apoyo de estos dispositivos, más del 60% obtuvo una nota ‘A’. Sobre la base de este éxito inicial se está ampliando el proyecto, en el que participan ahora más 2.500 estudiantes (2013: 15).


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Nota: La imagen al inicio de esta entrada fue tomada de la siguiente dirección electrónica: http://www.nacion.com/archivo/Libros-ticos-economicos-alcance-clic_0_1370062983.html



Bibliografía

UNESCO. Directrices para las políticas de aprendizaje móvil. París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, 2013. Consultado el 14 de julio de 2014 en http://goo.gl/glVj3o

ROMÁN ENCINAS, Marco Antonio. «Del texto breve al libro». Blog El Arte de Leer. Lima, 24 de junio de 2013. Consultado el 24 de julio de 2014 en http://goo.gl/9ejQTN

EDUTEKA. «Programa de la Unesco para promover el aprendizaje móvil». Cali, Colombia, 1 de abril de 2014. Consultado el 14 de julio de 2014 en http://goo.gl/WXoQOn