Estos diez hábitos
del buen lector son fruto de mis cerca de siete lustros de experiencia personal
como lector y de los diez años que llevo reflexionando sobre este tema y otros
estrechamente relacionados en este blog que está a punto de cumplir diez años
de ininterrumpida labor, pues fue abierto un 29 de noviembre del 2008. Espero
que les sea de utilidad.
1. Los
buenos lectores siempre llevan un lápiz o un plumón resaltador en el bolsillo
de su camisa o en su mochila o maleta para subrayar los impresos que leen. En
caso de olvidar portar el lápiz o el plumón resaltador, los buenos lectores
preferirán leer un diario o revista, que no suelen subrayarse (aunque algunos
sí lo hacen), antes que un libro o separata; y procurarán agenciarse de esas
preciadas herramientas lo más pronto posible.
2. Los
buenos lectores prefieren comprar el libro que van a leer (salvo que un precio muy
elevado les impida hacerlo) antes que pedirlo prestado a un amigo, esto con el
fin de poder subrayarlo con comodidad y sin remordimientos.
3. Los
buenos lectores que no pueden adquirir un libro por ser muy costoso, recurren a
las bibliotecas públicas para conseguirlo (el sistema de préstamo gratuito de
libros del Bibliometro de Lima, Perú, por ejemplo, resulta para ello un aliado valioso)
o a internet (no están en la red todos los libros que uno desearía, pero cada
día se encuentran más).
4. Los
buenos lectores no desprecian los libros, revistas y diarios digitales ni los
formatos PDF y ePub porque son también material de lectura como los impresos, y
se pueden subrayar empleando herramientas electrónicas, o imprimir el material
para un mejor consumo, de ser necesario.
5. En
el caso de que un amigo les preste un libro de difícil acceso, los buenos
lectores preferirán fotocopiar lo que les interese leer y devolverlo para poder
subrayar la fotocopia con comodidad y sin remordimientos.
6. Los
buenos lectores pueden leer volúmenes de 300 o más páginas, pero tienen también
siempre al alcance un impreso de menos de 150 páginas para leer ambos de manera
intercalada, porque la sensación de acabar un libro (aunque no sea muy
voluminoso) es tan gratificante que ayuda a predisponerte para poder hacerlo
con los libros más grandes.
7. Los
buenos lectores no se sienten en la obligación de terminar de leer un libro que
no es de su agrado, y solo devoran de principio a fin aquellos que les son
útiles, ayudan a su quehacer o tienen algo que enseñarles.
8. Los
buenos lectores prefieren leer dos o tres libros al mismo tiempo, porque eso les
ayuda a no perder el ritmo y la velocidad de lectura; y esto se hace sin el
peligro de confundir los contenidos, aunque para ello se requiere de disponer también
de una buena memoria.
9. Los
buenos lectores no descuidan su estómago, saben que una mala alimentación
influye en su predisposición o no a la lectura, y por eso tratan de evitar la
comida chatarra, las grasas y frituras que te engordan, ponen en riesgo tu
salud y te inducen al sueño. Por ello, prefieren la comida saludable, aquello
que les dé energía y los mantengan despiertos, atentos y concentrados. Los buenos
lectores incluirán siempre en su dieta frutas y verduras; y comerán palta y
frutos secos, por ejemplo, para la buena memoria, plátanos, porque tienen
potasio y te dan energía, etc.
10. Los
buenos lectores están preparados para las situaciones límite. Por ejemplo, como
no siempre es posible evitar el sueño cuando uno lee en un bus, los buenos
lectores pueden agenciarse de caramelos Halls en barra negros, que son los más
fuertes, y por su sabor amargo te mantienen despierto y te quitan el sueño. Yo
calificaría su efectividad, recurriendo a mi experiencia personal, de un 85%.
Una manzana también puede servir, aunque tiene el inconveniente de ocupar una
de tus manos y quedarte solo la otra para sostener el libro y pasar las hojas.
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útil, compártela con tus seres queridos.
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Nota: La imagen de Don Quijote leyendo libros, de Adolf
Schroedter (1805-1875), se tomó de la siguiente dirección electrónica: https://goo.gl/8NT5Li
Bibliografía
ACTIS, Beatriz.
Cómo promover la lectura. Buenos
Aires, Argentina: Longseller, 2007.
ADELA
KOHAN, Silvia. Disfrutar de la lectura. Barcelona,
España: Plaza & Janés Editores, 1999.
Interesante reflexión. Todos los lectores compartimos ciertos hábitos, pero también tenemos matices diferentes. Comparto lo de leer varias cosas al mismo tiempo y tener un libro más pequeño como alternativa al grueso, también que la alimentación influye si quieres leer a la noche... Ahora, en mis 40 años de lectura, jamás he subrayado los libros, ni los digitales, me parece que le quita algo de su belleza.
ResponderBorrarUn gusto leerte. Saludos
Hola, JJ, te agradezco por tu comentario. Y concuerdo en que hay matices que diferencian los hábitos de los buenos lectores. Lo que propongo en mi entrada tiene un carácter general y en todo generalización siempre hay excepciones. Saludos cordiales.
ResponderBorrarHola, Puñes. Yo en cambio subrayo y tomo apuntes en los márgenes de los libros que leo o al final de ellos cuando lo creo conveniente. Es algo que lo aprendí de Mario Vargas Llosa, Edgar Allan Poe, el Inca Garcilaso de la Vega y tantos otros escritores.
ResponderBorrarY disfruto mucho al hacerlo, me ayuda a comprender y retener mejor las ideas, y me sirve de insumo para mis escritos, y libros que pienso publicar en los meses siguientes.
Saludos cordiales