viernes, 31 de enero de 2025

LAS BRUJAS DE CACHICHE Y LA MALDICIÓN DE LA PALMERA DE SIETE CABEZAS

Paz Vergara, Pamela Cueto

Lima: Editorial Septiembre, 2013


Este libro recoge una historia impresionante que una Mary Shelley peruana hubiera podido convertir en un clásico del terror seguramente. La sola imagen de una palmera de siete cabezas ya es de por sí impactante y solo comparable con lo que se ve en la mitología griega. 

Considero que la narradora ha construido un texto entretenido, a pesar de todo, y que provoca terminar de leer una vez iniciada la lectura. Es la historia de tres amigos (Anita, Vincho y el Gordo) que juegan a las carreras con sus respectivas bicicletas y un día deciden que el reto sería llegar a Cachiche, lugar prohibido por sus padres porque suceden cosas raras en esa zona (las brujas invocan al diablo en las noches de luna llena y las almas de los muertos vagan por sus calles).  

Se menciona el monumento que mandó construir Fernando León de Vivero a la muerte de la bruja buena Julia Nazaria Hernández Pecho viuda de Díaz, por haberlo curado de su tartamudez y haber pronosticado que sería presidente de la Cámara de Diputados cuando este tenía 15 años, lo cual se cumplió. Y aunque no se menciona en el libro, en la vida real el partido por el que postuló Fernando fue el Apra. 

Cuando la imagen de la bruja en el huarango cobró vida, les reprochó a los adolescentes por estar allí y les hizo un hechizo para que nadie más los viera, salvo el mismo Lucifer. También les dijo que dependerá de ellos sobrevivir a la noche de la cacería, la cual se refería al día en que las brujas pidieron ayuda al demonio para ver el futuro a cambio de la sangre de una de ellas. La bruja elegida como ofrenda huyó y por eso se desató la cacería. 

La bruja les contó esta historia pormenorizadamente y a medida que la contaba los adolescentes la veían realizarse. Estos, al sentirse en un momento en peligro, decidieron huir, pero Anita se había quedado fisgando el aquelarre y regresaron sus amigos por ella. La curiosidad de Anita los hizo retrasar su fuga. Se percataron que la bruja a sacrificar no quiso ser sacrificada y empezó a huir. Y luego imploró la bruja la ayuda de los hechiceros quienes se percataron que si se cumplía con ese sacrificio, el diablo probablemente cumpliría su palabra y eso no les convenía por lo que decidieron ayudarla.  Pronto, todo Cachiche se convirtió en un campo de batalla. Había bolas de fuego que iluminaban el cielo, y los hechiceros alargaban sus cuerpos hasta los diez metros. Estos además tenían bajo su dominio un gigantesco pulpo de tentáculos monstruosos que amenazaba con triturar a quien se le cruzara por delante.

Las brujas se sentían muy debilitadas y vencidas cuando invocaron la ayuda del diablo.  El pulpo atrapó a la bruja, el diablo la ayudó cortando el tentáculo que lo sujetaba con una lengua de fuego. Debilitado, el pulpo se fue solidificando, endureciendo y se convirtió en una especie de palmera de siete cabezas, con una seccionada y que quedó oculta en la tierra. La lucha continuó. Las brujas, pese a las vidas perdidas, no lograron lo que se propusieron por lo que dejaron aquella palmera de siete cabezas como recordatorio para los próximos tratos con el demonio. 

Como último encantamiento, los hechiceros se transformaron en raíces de huarango para renacer como árboles mágicos. Para asegurar las brujas el regreso de las que habían muerto en batalla, las sobrevivientes lanzaron una maldición: el día en que la séptima palmera reverdezca, Ica se hundirá en las aguas y la lucha entre brujas y hechiceros volverá a comenzar.    

Vincho tuvo un sueño sobre brujas y hechiceros, el mismo que tuvo Anita y el gordo, es decir, no soñaron realmente, sino lo vivieron. Cuando regresaron al pueblo, a ver la imagen de la bruja, Anita pensó que la V de la Victoria que hacía era absurda porque no habían conseguido lo que deseaban. 

Cito unos párrafos de la escena que propiciará más tarde la pelea entre los hechiceros y las brujas: 

El ir y venir inquieto de las brujas maleras —aquellas a las que la gente buscaba cuando quería hacer daño a otra persona— aumentaba en los muchachos el miedo, el que se convirtió en terror cuando descubrieron a Anita junto al caldero. En sus cabezas volvía a resonar la advertencia de Julia Nazaria: "Nadie podrá verlos, a menos que sea el mismísimo diablo", y era a él al que las brujas planeaban invocar. 

Corrieron sin hacer ruido, decididos a recoger a la curiosa y salir del pueblo antes de que apareciera el Maligno. Estaban cerca de lograrlo cuando uno de los troncos que ardía en la fogata reventó haciendo saltar chispas y avivando las llamas aún más. En ese momento, un lúgubre aullido retumbó en las cuatro esquinas de la plaza y una voz tétrica, que parecía salir de entre las flamas, anunció: 

—Tendrán lo que buscan, y a cambio me darán la vida de la más joven entre ustedes (2013: 24 y 25).

El libro forma parte de la colección Leyendas Tenebrosas del Perú que publicó QG Editores y el Grupo La República y cuenta con ilustraciones en blanco y negro acordes a la temática del texto; pero me he percatado que como es un libro con rasgos visibles de estar dirigidos a los jóvenes, algunos de estos no los compran o no los intercambian en un trueque de libros por esa razón (no sabría precisar en qué proporción de esa población ocurre eso porque no hay encuestas al respecto, pero sí sé que ocurre), a pesar de ser un título recomendable de leer. 

Si esta entrada ha sido de tu agrado o te ha sido útil, compártela con tus seres queridos.


_____________

Nota: La foto del libro al inicio de esta reseña fue tomada por Marco Antonio Román Encinas.


Bibliografía


PAZ VERGARA, PAMELA CUETO. Las brujas de Cachiche y la maldición de la palmera de siete cabezas. Lima: Editorial Septiembre, 2013.