El 29 de julio del 2025,
se publicó un microensayo de mi autoría titulado «Sobre la rima y la métrica en
la poesía infantil: tendencias que reinventan la palabra» en el diario «Hoy
Lunes», dirigido por el escritor y periodista egipcio Ehab Soltan (ver: https://tinyurl.com/48yknsuc).
Decidí incluir el texto en mención en este espacio
virtual para que los seguidores de mi blog que no se hayan enterado de la
noticia puedan disfrutarlo aquí también. Este es el microensayo aludido:
«Sobre la rima y la métrica en la
poesía infantil: tendencias que reinventan la palabra»
En el
artículo «Algunas consideraciones sobre la métrica de la poesía infantil española
contemporánea», del 2016, Ángel Luis Luján Atienza afirmaba que no existía «un
estudio sistemático sobre la métrica de la poesía infantil». Dicha afirmación,
a la fecha, no ha perdido vigencia y es aplicable para la realidad de los
estudios literarios en el Perú y tal vez en el resto de Hispanoamérica.
Luján
Atienza se propone mostrar algo que logra en dicho artículo: cómo en la poesía
infantil española de los últimos años «se aprecian innovaciones en el nivel
métrico» y también se propone constatar «que la poesía infantil explota, en
mayor medida que la dirigida a un público adulto, las posibilidades sonoras y
rítmicas del verso» (2016, p. 25).
Señala
también Luján Atienza que «la rima sigue siendo el procedimiento preferido de
este tipo de poesía, hasta el punto de que en ocasiones se impone sobre
cualquier otro procedimiento métrico para garantizar el ritmo…» (2016: 61). El
investigador español cita varios poemas en su estudio de los que escogí dos
para reproducirlos aquí que fueron los que mejor impresión me causaron.
El
primero es «La chicharra», del libro Un ave azul que vino de las islas del
sueño (1996), de Carlos Murciano, y que se compone de estos versos: «El
valle y la sierra / sierra la chicharra / con su voz de tierra. // Se agarra,
se aferra / al barro del cerro / para dar más guerra // Qué juerga, qué farra.
/ Su garra rasguea / la ronca guitarra // Chirría, chorrea / el chorro terrible
/ de su verborrea. // Y no se acatarra / su horrible berrido / desbarra,
desgarra // Arrecia el chirrido. / ¡Chicharra macarra! / Me encierro, aburrido»
(2016, p. 57).
El
segundo poema es el «Ovillejo de la oveja vieja», del libro Lo que Noé no se
llevó, de Enrique Cordero Seva, que está constituido de estos
versos: «–¿Por qué bala aquella oveja? / –Se queja. // –¿Es que no tiene
pareja? / –Es vieja // –¿Y no hay novio que la escoja? / –Es coja // –Ahora
entiendo su congoja: / perdió su antigua frescura, / y en su amarga desventura,
/ se queja por vieja y coja» (2016, p. 58).
En
los países de habla hispana, la tendencia observada por Luján Atienza para
España en el uso de la rima y la métrica en poesía infantil es semejante, según
lo observado en el artículo «El niño dibujado en el verso: aproximaciones a la
nueva poesía infantil en la lengua española», de Felipe Munita, quien se
propone en su estudio analizar «las tendencias formales y temáticas observadas
en once títulos galardonados [entre el 2004 y el 2011] en dos de estos premios [“Premio
Hispanoamericano de Poesía para Niños”, convocado por el Fondo de Cultura
Económica y la Fundación para las Letras Mexicanas, y el “Premio Internacional
de Poesía para Niños Ciudad de Orihuela”, convocado por la Editorial Kalandraka
y el Ayuntamiento de Orihuela], con el objetivo de establecer un panorama
general que permita esbozar las principales características de este corpus
poético» (2013, p. 105).
Sobre
la métrica, Munita señalará: «El tipo de verso más utilizado en estos libros es
el octosílabo, seguido del heptasílabo y, en menor proporción, de hexasílabos y
endecasílabos»; también hablará de un «extendido uso del verso libre» en cuatro
títulos de los once que conforman el corpus materia de estudio.
Con
relación al uso de la rima sostendrá que dicho «recurso fónico sigue siendo muy
recurrente», aunque no se emplea en cuatro de los once libros estudiados, y «si
lo hacen, es un recurso muy puntual y esporádico». En los siete «títulos
restantes, en cambio, le otorgan a la rima un lugar central en la arquitectura
de los textos», predominando en tres de ellos «la vertiente asonante» y en los otros
cuatro, la consonante (2013, p. 110).
En
un artículo del 2022, titulado «Recursos formales en la poesía infantil en
español del siglo XXI», Eduardo Santiago-Ruiz se propuso como objetivo «determinar,
mediante un estudio literario y estadístico, cuáles son los recursos formales
más utilizados en la poesía infantil actual»; para ello se concentraría en
analizar «el tamaño del verso, la forma general del poema (prosa poética, verso
libre y métrica) y el uso de la poesía visual». Para ello, el investigador
estudiará un corpus compuesto por «los ganadores del Premio hispanoamericano de
poesía infantil», el cual «está integrado por 16 libros [publicados entre el
2004 y el 2019] y 423 poemas».
Y
uno de sus hallazgos fue el siguiente: «El verso libre es la forma más
abundante, pues representa el 69% del corpus analizado. Por otra parte, la
métrica es el 23%, una importante reducción si se toma en cuenta que fue casi
omnipresente en las décadas anteriores». También refiere lo siguiente: «es
notoria la aparición de la poesía en prosa con 8%» (2022, p. 8).
Voy
a reproducir aquí dos poemas destacados de los citados por Santiago-Ruiz en su
estudio. El primero es el titulado «Mamboretá», del libro Ema y el silencio (2016),
de Escudero-Tobler, y que dice así: «Mamboretá mamboretá, / perá perá, ¿no
e’? / Mamborecuá, / ¿mamborecuá? / Palo palito e’ / ¿Será? / Mamboreté / ¿Mamborequé?
/ Mamboretero / tamborilero» (2022, p. 10).
El
segundo es el titulado «El mar», del libro del mismo nombre (2020) escrito por
Micaela Chirif y que dice así: «El mar no es un río / El mar no duerme / El mar
no tiene uñas ni pierde las hojas con el frío / El mar no tiene plumas / El mar
no se peina ni sabe subir escaleras / El mar no viaja / El mar no muere / El
mar suena suena suena / El mar tiene la misma forma de día y de noche / El mar
es grande como el mar / Si unes los puntos verás la forma del mar / Si no ves
nada es porque estás dentro del mar» (2022, p. 11).
Este
cambio que se observa en el lapso de nueve años (si solo tomamos en cuenta los estudios
mencionados) y que muestra una variación en la preferencia por el uso de un
tipo de verso determinado en la poesía infantil es comprensible y sigue a
destiempo la ruta experimentada por la poesía para adultos de vanguardia de
inicios del siglo XX que rompió también con la rima y la métrica tradicionales
para incorporar el verso libre como una de sus modalidades que luego se hizo
predominante, al punto de casi extinguir el uso de la rima y el metro.
Algo similar se puede decir del verso en prosa que también se usó durante la vanguardia, aunque su empleo no fue masivo como ocurre igualmente con el corpus de la poesía infantil estudiado por Santiago-Ruiz.
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Nota: La foto, al inicio
de esta entrada, fue tomada de la siguiente dirección electrónica: https://tinyurl.com/48yknsuc
Bibliografía
Garralón, A. (2016). Historia portátil de la
literatura infantil. Panamericana Editorial.
Luján Atienza, Á. L. (2016). «Algunas consideraciones
sobre la métrica de la poesía infantil española contemporánea». Rhytmica 14,
23-63. https://tinyurl.com/3eyyxzvc
Munita, F. (2013). «El niño dibujado en el verso:
aproximaciones a la nueva poesía infantil en la lengua española». Anuario de
Investigación en Literatura Infantil y Juvenil 11, p. 105-118. https://tinyurl.com/3e3zf2rx
Román Encinas, M. A.
«Sobre
la rima y la métrica en la poesía infantil: tendencias que reinventan la
palabra». «Hoy Lunes», 29 de julio del 2025. https://tinyurl.com/48yknsuc
Santiago-Ruiz, E. (2022). «Recursos formales en la
poesía infantil en español del siglo XXI». Revista de Estudios sobre Lectura,
21(2). https://tinyurl.com/t2u5zzhk