En
el artículo «¡Es posible! Reflexiones en torno a la biblioteca escolar», de
Constanza Mekis, publicado en Lecturas y
bibliotecas escolares, la autora informa lo siguiente: «numerosos
investigadores sostienen que una de las formas más eficaces de desarrollar el
gusto por la lectura es a través de la narración oral…» (2008: 169 y 170).
Un
libro que se ha escrito siguiendo esa premisa y que propone llevarla a las
aulas, aunque incluyendo dos elementos más como propiciadores del posible
acercamiento del estudiante a la lectura es Del
oral, audiovisual y digital a la lectura (y la escritura) en secundaria, de
Gemma Lluch Crespo.
La
autora señala lo siguiente al respecto: «Nos planteamos retomar las historias
orales en el aula para recuperar la cultura popular, para enseñar y aprender a
narrar oralmente y para saber leer discursos escritos y audiovisuales» (2012:
22).
Gemma
también refiere que el uso de las estrategias discursivas que utilizan los
narradores de cuentos puede ayudar además a los estudiantes a mejorar (2012:
25):
·
Los
elementos no verbales […]. Por ejemplo, el movimiento del cuerpo, la postura
que adoptamos o la organización del espacio social.
·
Los
elementos paraverbales que se sitúan en la frontera del gesto y de la palabra
[…] como las aspiraciones, las risas, los eructos, los lloros o los bostezos
[…].
·
Los
silencios, que son pausas con diferentes significados […].
·
Las
variedades sociales o geográficas lingüísticas que podemos utilizar para
diferenciar al narrador de los personajes: ¿por qué hacerles hablar a todos por
igual?
·
La
entonación que puede informarnos de un tipo de modalidad oracional, marca el
foco temático de un enunciado o construye un ritmo que les ayudará a memorizar
una frase o una cancioncilla esencial en la narración.
·
El
léxico que usamos, que es diferente del relato escrito: aquí tendrá una
densidad léxica baja y una redundancia alta para que el oyente nos siga. Es
decir, los alumnos usarán repeticiones, paráfrasis, palabras comodines, dícticos,
etc.
·
Los
elementos discursivos que ponemos en marcha […]. Nos referimos a las pautas
rítmicas que creamos con el uso de repeticiones, los enunciados cortos que, a
diferencia del escrito, acumulan elementos y no los subordinan, al uso de
marcos de referencia que son comunes con el público y que les ayuda a
identificarse con el relato, etc.
Visto
así el asunto, resulta de suma utilidad y provecho acercar al estudiante y a
toda persona no afecta a la lectura a la narración oral y a su práctica con
miras a acercarlo después al libro, aun cuando ese no sea su objetivo final o
único.
En
su artículo «Por qué narrar para animar a leer» (http://goo.gl/30YULa),
Pablo Albo sostiene lo siguiente:
El niño con mayor bagaje de
escucha está más capacitado para entender mejor lo que lee; comprende cómo son
las historias antes de saber leer, sabe que tienen un hilo, un principio, una
resolución, que pasan cosas… La lectura le resultará más fácil y por tanto
estará más preparado para acercarse a ella.
El
cuento que aparece al inicio de esta entrada y otros, como los que se
encuentran en la página web Lectura Lab (http://goo.gl/lg7d8c) o en el canal de YouTube Cuentacuentos Beatriz Montero (http://goo.gl/MuZc4a), por ejemplo, son los que me permiten decir, parafraseando un
fragmento de la presentación de Cuentos
chinos I, de Guillermo Dañino, lo siguiente: «Estas narraciones orales
tienen la virtud de convertir en cuentistas a sus oyentes».
Para
finalizar, y siguiendo con la línea planteada en esta entrada, sugeriría a los que
se animen a ser narradores orales o cuentacuentos por uno o más días o por
siempre seguir el precepto número dos que propone Beatriz Montero en su «Decálogo
del cuentacuentos» (http://goo.gl/TEYMaI):
Lee y lee mucho. La lectura nos
enriquece de ideas, amplía la imaginación y el vocabulario. Así que leamos
cuentos, novelas, artículos, ensayos, devora todo lo que caiga en tus manos.
Encontrarás entre las lecturas suficiente material para contar.
Y recuerda que el cuentacuentos
también [cumple]… una función importante como animador [de]… la lectura. Por
eso, no olvides decir el nombre del autor.
___________________
Nota: El video, al inicio de esta entrada,
se obtuvo de la siguiente dirección electrónica: http://goo.gl/qkQQiY
Bibliografía
ALBO, Pablo. «Por
qué narrar para animar a leer». Pabloalbo.com.
Ñaque N.° 49, España, abril-mayo de 2007. Consultado el 22 de junio de 2014
en http://goo.gl/30YULa
LECTURA LAB. «Cuéntame un cuento». Lectura Lab. El Laboratorio de la Lectura de
la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Madrid, 11 de marzo de 2011.
Consultado el 22 de junio de 2014 en http://goo.gl/lg7d8c
LLUCH, Gemma. Del oral, audiovisual y virtual a la lectura
(y la escritura) en secundaria. Madrid: Fundación SM, 2012. Consultado el
20 de junio de 2014 en http://goo.gl/gIYWe5
MEKIS,
Constanza. «¡Es posible! Reflexiones en torno a la biblioteca escolar». Miret,
Inés y Cristina Armendano (coords.). Lectura
y bibliotecas escolares. Madrid: Organización de los Estados
Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), 2008.
Consultado el 12 de junio de 2014 en http://goo.gl/bpCLlQ
MONTERO,
Beatriz. «Decálogo del cuentacuentos». Canal de YouTube Cuentacuentos Beatriz Montero. 18 de marzo de 2013. Consultado el
22 de junio de 2014 en http://goo.gl/TEYMaI
__________________
«La gran fábrica de palabras». Canal de YouTube Cuentacuentos Beatriz Montero. 11 de septiembre de 2013. Consultado
el 22 de junio de 2014 en http://goo.gl/TEYMaI
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