miércoles, 12 de octubre de 2022

CUATRO NARRACIONES CORTAS QUE RECOMIENDO LEER II

(3)   La leyenda de Sleepy Hollow, de Washington Irving

Una historia que provoca leer sobre todo por la leyenda del jinete sin cabeza, aunque las abundantes descripciones engordan un poco la narración, pues el encuentro del maestro Ichabod Crane con el jinete sin cabeza solo ocurre en la última quinta parte del libro.

Sin embargo, quien guste de husmear en las vidas ajenas (me incluyo entre ellos), tendrá aquí un buen aperitivo de eso mismo en dos momentos específicos del cuento: primero, en el rol de maestro de Ichabod Crane en el pueblo de Sleepy Hollow, que prodigaba sus enseñanzas a la manera antigua, esto es, siguiendo esa «máxima de oro» (que en estos tiempos se ha desdorado) que dice: «La letra con sangre entra». Como maestro procuraba castigar a los estudiantes díscolos con indulgencia en vista de que ganaba muy poco y vivía en las granjas de los padres de sus alumnos (una semana en una granja y la otra semana en otra granja); por tal razón, buscaba hacerse grato y útil a quienes le daban comida y techo.

Segundo, en los asedios amorosos del maestro Ichabod Crane a Katrina Van Tassel, hija de un adinerado terrateniente holandés, y la disputa solapada por su amor con otro pretendiente, el joven y fornido Brom Bones (en realidad eran varios, pero solo ellos dos tenían más opciones de estar con Katrina).

Vale la pena leer este libro que a mí me interesó más que nada por la leyenda del jinete sin cabeza que era un soldado estadounidense que fue decapitado de un cañonazo durante la guerra civil.

Un detalle inquietante de este cuento escrito por Washington Irving en 1820 lo refiere Emma Reverter en su artículo «La leyenda hispana de Sleepy Hollow», publicado en BBC Mundo, en donde informa que los nombres holandeses que aparecen en el texto los encontró Irving en un paseo por el histórico cementerio de ese pueblo, situado a media hora de la actual Nueva York.

Los nombres recogidos de las inscripciones en las tumbas eran de ingleses en realidad y lo que hizo Irving fue adaptarlos al holandés para ambientar su historia al asentamiento habitado por holandeses de Sleepy Hollow. Cito la información recogida por Reverter al respecto: «“adaptó todos los nombres menos el de Katrina Van Tassel”, [según] explica el guía del cementerio, William Lent, descendiente de los colonos holandeses» (ver: https://bbc.in/3KNhLP5). 

Un último dato, importante para quienes escribimos porque permite conocer la enorme capacidad de influencia que puede llegar a tener la literatura en la vida de los pueblos. Según cuenta la misma Reverter, 

 

 Sleepy Hollow no siempre se llamó así, de hecho, es un nombre relativamente reciente. Hasta 1996 era Tarrytown North [sic, North Tarrytown, en realidad, el adjetivo va antes que el sustantivo en inglés], pero sus habitantes decidieron cambiarle el nombre como homenaje a su ciudadano más ilustre, Washington Irving, que les dedicó uno de los relatos de ficción más importantes de la historia de la literatura de los Estados Unidos.

Otra de las razones para cambiar el nombre fue la necesidad de diferenciarse del pueblo contiguo, Tarrytown... (ver: https://bbc.in/3KNhLP5). 


 

(3)              La obra maestra desconocida, de Honorato de Balzac

En esta narración, que algunos críticos consideran un cuento y otros, una novela, ocurre lo siguiente. Un día un aspirante a pintor, Nicolás Poussin, se acerca a la casa de Porbus, pero no se atreve a entrar. En eso, se acerca alguien que sube la escalera, era el viejo pintor Frenhofer, y toca la puerta. Porbus lo hace pasar junto a Poussin porque creía que venían juntos.

Porbus le mostró un cuadro a Frenhofer y este lo analiza detenidamente y resalta sus cualidades, pero también sus defectos. Poussin, que en un principio se incomodó por las críticas que hacía el pintor de mayor edad, luego quedó subyugado ante las razones bien argumentadas de su crítica al cuadro, que Porbus aceptaba con serenidad y escuchaba con deseo de aprender. Porbus sentía mucho respeto por el anciano y Poussin sintió lo mismo también al ver lo bien que conocía la pintura y a los grandes maestros del arte.

El anciano los invitó a su casa para seguir hablando de ese tema, y se explayó sobre una obra inconclusa suya y de la necesidad que tenía de viajar para conocer una belleza femenina superlativa que le permitiera terminar su obra. Porbus pidió ver la obra, pero Frenhofer le dijo que aún estaba inconclusa. Y como lo vio muy ensimismado hablando, Porbus le dijo a Poussin que era hora de marcharse.

Cuando Poussin llegó a su casa, le propuso a su amada Guillette que posara desnuda para Frenhofer. Ella se negó al principio porque pensaba que Poussin lo dejaría de querer, pero después aceptó, aunque seguía pensando que él ya no la querría después de hacer eso.

Tres meses después, Porbus fue visitar a Frenhofer. Este le comenta que quiere viajar a Grecia, Turquía y otros países para buscar a la mujer perfecta con la que comparar su cuadro y que le permita terminar su obra. Porbus le comenta que eso no era necesario porque Poussin tenía una enamorada muy bella que le podría servir de modelo a cambio de que les deje ver a ellos la pintura de su esposa Catherine Lescault.

Al principio, Frenhofer se escandaliza y se niega rotundamente a ello, pero luego llega Poussin y su amante Guillette, y al verla tan bella acepta el trato. No obstante, ahora era Poussin quien se estaba arrepintiendo de lo que hacía, aunque no terminó de finiquitar su marcha atrás. Y cuando Frenhofer subió a su cuarto con Guillette, Poussin le advirtió que lo mataría y quemaría su casa a la menor queja de ella.

Lo que sigue de la historia y el final, que admite más de una lectura, es mejor que lo conozca el lector por cuenta propia. Las observaciones y críticas de Frenhofer al cuadro de Porbus son tan precisas, minuciosas y detalladas que deslumbran, es como si estuviera hablando un Borges de la pintura.

Eugenio Rivera, en su artículo «El Guernica, la obra maestra desconocida», refiere que Pablo Picasso sentía una especial predilección por esta obra de Balzac, y que Paul Cézanne había dicho antes que él lo siguiente: «Frenhofer c’est moi [Frenhofer soy yo]» (ver: https://bit.ly/3TBfWJ6). 

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Nota: La imagen, al inicio de esta entrada, fue tomada de la siguiente dirección electrónica:  https://bit.ly/3AYP6SN

 

Bibliografía

 

DE BALZAC, Honorato. La obra maestra desconocida. Córdova, Argentina: Ediciones del Sur. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3e9i5eC

IRVING, Washington. La leyenda de Sleepy Hollow. Barcelona: Alba, 2010.

_____ La leyenda de Sleepy Hollow. s/l: Elejandría.  Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3AZBnw9

REVERTER, Emma. «La leyenda hispana de Sleepy Hollow». En BBC Mundo, 9 de agosto del 2011. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bbc.in/3KNhLP5

RIVERA, Eugenio. «El Guernica, la obra maestra desconocida». En Entre Letras. Revista digital en español de cultura y algo más…, mayo del 2022. Consultado el 29 de agosto del 2022 en https://bit.ly/3TBfWJ6