sábado, 27 de diciembre de 2008

CÓMO LEEN LOS EXPERTOS



En la XIII Feria Internacional del Libro de Lima, realizada en julio del 2008, se distribuyó gratuitamente el tercer número (como se hizo con el segundo y el primero en la ediciones anteriores de este evento) de la revista Leer o morir a los asistentes.

Esta iniciativa de la Editorial Estruendo Mudo, que contó con el respaldo de la Cámara Peruana del Libro, buscaba llamar la atención sobre esta problemática en nuestro país (que se puede condensar en un dato: “8 de cada 10 niños peruanos no entienden lo que leen”, tomado casi como eslogan), y, a su vez, promover y despertar el gusto por la lectura.

Aunque el título es dramático y conminativo, no deja, por ello, de estar asentado en la realidad. Estar informado, y mejor aún estar bien informado, te da la oportunidad de tomar mejores decisiones en la vida; carecer de la información oportuna o adecuada, por el contrario, induce al error. Y esto solo mencionando la ventaja más inmediata y visible de esta práctica.

Es en este contexto que nos sumamos a esta corriente, contribuyendo de manera permanente y decidida en una labor que la sentimos, además, como un imperativo de la hora.

Y vamos a ofrecer también en este espacio, en los sucesivos números, algu­nos secretos, técnicas y estrategias de los que se valen los buenos lectores para enfrentarse a diversos tipos de textos, puesto que sabemos que no todos presentan la misma facilidad para abordarse.

Empezaremos, pues, describiendo las características que perfilan al lector experto, para saber a qué tenemos que apuntar, si queremos desarrollar y mejorar nuestras habilidades en este campo. Se suele creer, y con justa razón, que los me­jores lectores son los escritores, así que recurriremos a uno de ellos para que nos ilustre sobre el caso.

En el libro de Silvia Adela Kohan, titulado Disfrutar de la lectura, se cuenta que Vladimir Nabokov (el autor de Lolita) propuso una encuesta en una universidad para determinar al verdadero lector, y confeccionó una lista de diez cualidades, de las cuales “los estudiantes debían elegir cuatro que combinadas equivaliesen a un buen lector... (ellas eran:)

“1) Debe pertenecer a un club de lectores.
2) Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3) Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4) Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5) Debe haber visto la novela en película.
6) Debe ser un autor embrionario.
7) Debe tener imaginación.
8) Debe tener memoria.
9) Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico” (1999: 47 y 48).

Para Nabokov, el buen lector es, pues, aquel que reúne las cuatro últimas cualidades numeradas. Si bien ésta es la percepción subjetiva de un lector experto, no deja de tener valor, por el hecho de estar sustentada en una sólida experiencia personal.

Pero qué nos dice la ciencia al respecto, que busca un acercamiento objetivo al mismo fenómeno. Juana Pinzás hizo un estudio de este tema que tituló Leer pensando. En él, y resumiendo las ideas tomadas de R. Anderson, E. Hiebert, J. Scout e I. Wilkinson, en su libro conjunto: Becoming a Nation of Readers: The Report of the Comission on Reading, refiere que las características de un lector experto son las siguientes:

1) Piensa sobre lo que lee.
2) Usa su conocimiento previo para entender lo que lee.
3) Integra información con sus conocimientos previos para comprender el texto.
4) Decodifica y reconoce palabras de manera automática, quedando su atención libre para el análisis del significado.
5) Controla y guía su lectura en función de su meta, material y resultados.
6) Practica la lectura desarrollándola y refinándola (2001: 39).

De las características enunciadas se puede deducir que el lector experto se convierte en tal con la práctica continua e ininterrumpida de la lectura, que se va haciendo, con el tiempo, más atenta, más inquisitiva, más escudriñadora, más cuestionadora, más analítica, más hermenéutica, en fin, más lúcida.

Un buen lector se construye con los años y no se hace de un día para otro ni nace como tal. Por ello, las palabras clave aquí son las mismas que para toda acti­vidad que se quiere realizar bien: paciencia, esfuerzo, disciplina y constancia.


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Nota: Escultura de "La muerte" (mármol) de Leonardo Bistolfi. Foto tomada por Marco Antonio Román Encinas en el Museo de Arte Italiano, en la exhibición "Del mito al sueño. Rodin... Dalí".



Bibliografía

ADELA KOHAN, Silvia. Disfrutar de la lectura. Barcelona: Plaza & Janés Editores, 1999.

PINZÁS G., Juana R. Leer pensando. Introducción a la visión contemporánea de la lectura. 2da ed. Lima: PUCP, 2001.

sábado, 29 de noviembre de 2008

PRESENTACIÓN


En nuestro país, hace falta una corriente de solidaridad que se manifieste de manera más vigorosa. En el libro Psicología del aprendizaje, de Walter Blumenfeld, el profesor alemán mencionaba que entre los fines generales de la educación aceptados por las diversas autoridades estaba el siguiente: “Capacitar a los alumnos particularmente bien dotados para que no solamente se superen a sí mismos, sino que contribuyan al progreso moral, intelectual y estético de su comunidad y de la humanidad” (1967: 15).

Un fin que, por cierto, no se escucha pregonar en las aulas estatales peruanas. En la novela Joey Pigza se tragó la llave, del escritor estadounidense Jack Gantos, se cuenta, en el capítulo siete, que a los alumnos distinguidos los separaban en un programa y en un auditorio la señora Cole, quien había escrito un libro “sobre el carácter”, les daba una conferencia en la que les decía: “- La gente especial debe ser especial con aquellos menos afortunados… Este es uno de los grandes deberes de la gente con carácter excepcional” (2001: 103).

Joey Pigza, aunque sabía bien que no formaba parte de ese grupo, y por eso se coló en él en un descuido, igual se sentía especial, porque así lo consideraba la enfermera de su escuela por ser hiperactivo. Por eso, estando allí cerca, escondido entre los pliegues de la cortina del escenario, el adolescente continuó prestando atención a las palabras motivadoras de la señora Cole: “Todos los aquí presentes en este salón, tienen el poder de transformar el mundo para bien. Quizá inventarse algo como los computadores o descubrir una cura para el SIDA y así salvar millones de vidas. O quizá, como la madre Teresa, dedicarse a ayudar a gente que no tiene quien la ayude. Quizá llegar a ser presidentes y convertirse en ejemplos de liderazgo. O dedicar su tiempo y esfuerzo en la creación de una comunidad mejor”.

También atendió a lo que agregó luego, “que era responsabilidad de los chicos destacados y con talento indicarle el camino a otros y que si cada uno de nosotros se comprometía a convertirse en una fuerza positiva en el mundo, entonces el mundo sería un mejor lugar para todos”.

Y se sintió tocado con el remate del discurso en el que la conferenciante le pide a cada alumno que “realice hoy mismo algo especial que sea ejemplar para sus colegas y donde quede muy claro la importancia del carácter” (ibíd.: 104).

Inspirado en estas palabras, un día a Joey Pigza se le ocurrió «hacer un millón de pequeños avisos adhesivos, para pegar en los parachoques de los autos, que digan: “El odio no es un valor familiar”». Él explicaba que esta idea surgió un día en que su mamá “vio uno en su trabajo y comentó que le gustaría tener un millón de ellos para ponérselos a todos los autos del mundo» (ibíd.: 108). Más allá de la situación penosa en la que se vio envuelto por tratar de llevar a cabo esta noble acción (de la que se enterarán si leen la novela), no se puede negar que fue una influencia muy positiva en la personalidad de Joey.

Conociendo la historia de este quijote en ciernes que se animó a hacer algo por mejorar este mundo es que me he animado a abrir este blog destinado a dar a conocer los secretos de “El arte de leer”, contagiado por el mismo espíritu que embargaba a Joey en su proyecto del millón de avisos adhesivos conjurando el odio.

Es un tema que me interesa y del que iré mostrando mi exploración personal, los avances y descubrimientos que voy haciendo y lo que ya llevo concretado. Más que de mi experiencia personal, me valdré de la experiencia de los lectores profesionales y de los consejos de los especialistas, de aquellos que han desarrollado en su más alto grado este hábito o que lo han estudiado o discurrido sobre él con profundidad. Me interesa mostrar cómo leen los expertos y de qué estrategias, técnicas, instrumentos, herramientas, etc. se valen para ir perfeccionando esta actividad.

Como es sabido por quienes han tenido la oportunidad de adentrarse en esta materia, aquellos que desarrollan la habilidad de escribir tienen una mejor oportunidad de leer mejor (ya habrá tiempo en otro post de desarrollar este concepto con más detenimiento). De hecho, esa es una de las razones por las que los escritores son vistos como los que mejor practican el arte de la lectura (Cassany 1996: 63-70). También es el motivo por el cual hablaremos de la escritura en algunos momentos.

El nombre del blog hace alusión a la obra de Ovidio y a la de Erich Fromm que llevan el mismo título El arte de amar. Este segundo autor, incluso, formula cinco “requisitos generales” para poder desarrollar un arte en cualquier área del quehacer humano que son: la “disciplina”, la “concentración”, la “paciencia”, la “preocupación suprema por el dominio del arte” y el aprender un gran número de cosas relacionadas indirectamente con lo que se desea aprender “antes de comenzar con el arte mismo” (s/f: 105-108).*

Hay otros libros que llevan este mismo título (aunque ningún blog, al parecer): “El arte de leer”, como el de André Maurois, y el de otros autores de los que me enteré luego navegando en Google. No obstante, por ajustarse bien a lo que aspiro con este proyecto y ser un nombre descriptivo de mi futuro quehacer, he decidido tomarlo prestado.

Considero que será de mucha utilidad esta página porque es un tema que, es cierto, ya ha sido abordado antes, pero no de la manera sistemática y variada en que lo pienso hacer. Me hubiera dado mucho gusto encontrar un sitio o blog como el que estoy inaugurando, como no lo he hallado, aquí les ofrezco el prototipo ideal, para mí, de lo que debe ser un espacio virtual dedicado a la lectura.

En vista de que este hábito se está perdiendo en las más recientes generaciones, y para muchos de esos jóvenes resulta difícil adquirir esta destreza, pues representa un terreno ignoto, este website les abrirá una fuente permanente de información al respecto. Sin embargo, también puede ser útil para el que quiera mejorar o perfeccionar su capacidad lectora o simplemente sienta curiosidad por saber cómo leen los otros, y para los maestros peruanos que aplican en sus aulas el Plan Lector.

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* Esta enumeración sucinta no le hace justicia al texto de Fromm, pero los remito a su libro, que aparece en la Bibliografía, para que vean el sustento detallado de cada uno de los requisitos mencionados. La idea de citar al eminente psicoanalista sobre este punto la tomé del Manual de redacción superior, de Miguel Carneiro Figueroa, publicado por la Editorial San Marcos (s/f: 37).


Nota: El dibujo de Ovidio ha sido tomado de su libro El arte de amar. Madrid, E.D.A.F. (1966: 7).


Bibliografía

BLUMENFELD, Walter. Psicología del aprendizaje. Un libro para maestros y estudiantes. 4.a ed. Lima: Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1967

CARNEIRO FIGUEROA, Miguel. Manual de redacción superior. Lima: Editorial San Marcos, s/f.

CASSANY, Daniel. Describir el escribir. Cómo se aprende a escribir. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1996.

FROMM, Erich. El arte de amar. Buenos Aires: Editorial Paidós, s/f.

GANTOS, Jack. Joey Pigza se tragó la llave. Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2001.