ROWLING, J. K.
Barcelona: Emecé Editores, 2000.
Si bien prefiero hacer reseñas
sobre libros escritos originalmente en español, voy a hacer con este (y tal vez
con algunos otros más adelante) una excepción, porque estoy convencido de que
la obra de J. K. Rowling ha ayudado como pocas a convertir a muchos niños y jóvenes
en lectores, o grandes lectores, incluso. Y también porque sé que con una recensión
de esta novela estoy contribuyendo al fomento y promoción de la lectura, una
tarea a la que este blog está abocada.
El libro de J. K. Rowling cuenta
una historia que ya es muy conocida, pero que igual resumimos: Harry Potter
pierde a sus padres a temprana edad y se aloja en casa de sus tíos. Ni estos ni
su hijo consentido (Dudley) lo tratan bien. Pero cuando Harry Potter se molesta
le ocurren cosas extrañas y vergonzosas a quienes lo incomodan o maltratan,
porque tiene poderes especiales de los que él mismo no se percata aún.
Un día llegó una carta a su casa en
la que se le informa de que dispone de un puesto para estudiar en el Colegio
Hogwarts de Magia, que sus tíos trataron de ocultarle en vano (no querían que
se entere que era un mago y no un muggle [«gente no mágica»] como ellos). Así, Rubeus
Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts, llegó un día a casa de
los Dursley para llevarse a Harry Potter a cumplir su destino.
En la escuela, conocerá a Ron
Weasley y Hermione Granger (quienes serán sus compañeros de aventuras), otros
condiscípulos y también a los profesores de magia, y escuchará hablar del
malvado Voldemort. Allí aprenderá los rudimentos para ser un buen mago, se
convertirá en un gran jugador de quidditch y descubrirá que alguien quiere
adueñarse de la piedra filosofal, algo que al final Harry Potter y sus amigos
lograrán impedir, y salvarán así al mundo de los magos al que pertenecen.
La red está poblada de reseñas
sobre esta novela de J. K. Rowling, he leído varias de ellas (que prefiero no
citar) con un resumen (que sí está bien elaborado) que casi todas repiten, y
con comentarios y descripción de personajes que se quedan en la epidermis. Ninguna
de ellas habla del uso de elementos propios del género policial en la novela ni
de su final inesperado, posiblemente no lo hayan notado, o tal vez quedaron
deslumbrados por la pirotecnia asombrosa de fantasía y color, y olvidaron mencionarlo.
Busqué una reseña más seria y mejor
elaborada, pero no encontré ninguna en el buscador de Google (tal vez ocurra
ello con una búsqueda más exhaustiva). Solo hallé un informe de lectura que tampoco
cito por ser de uso restringido y no haber podido leerlo. Esta entrada aspira
fundamentalmente a decir algo nuevo al respecto.
Lo bien escrito de este libro ayuda
a explicar y entender por qué ha obtenido 24 premios (según Lindsay Fraser en
su libro J. K. Rowling vista por J. K.
Rowling) y se ha convertido en un boom de ventas (está en la lista de los
diez libros más vendidos de la historia, según el diario ABC de España, véase: https://tinyurl.com/y6os83pj) en uno de
los sectores en donde los lectores son más difíciles de complacer: el infantil
y juvenil.
Pero hay además otro detalle digno
de resaltarse: en este primer libro de la saga, no se menciona nunca, ni es
parte de la trama el amor de pareja. Y que un libro dirigido principalmente a
los jóvenes se prive de ese tema representa todo un reto y hace que ponga en grave
riesgo su posibilidad de ser leído y aceptado por sus lectores, y el libro
superó con creces ese reto.
Lo que sí hay en el libro de J. K.
Rowling es el amor filial, y el que más destaca es el de la madre de Harry
Potter por su hijo. Esto se observa cuando Dumbledore le explica a Harry Potter
la razón por la que el profesor Quirrell no podía tocarlo sin lastimarse:
—Tu madre murió para salvarte. Si hay algo que
Voldemort no puede entender es el amor. No se dio cuenta de que un amor tan
poderoso como el de tu madre hacia ti deja marcas poderosas. No una cicatriz,
no un signo visible… Haber sido amado tan profundamente, aunque esa persona que
nos amó no esté, nos deja para siempre una protección. Eso está en tu piel.
Quirrell, lleno de odio, codicia y ambición, compartiendo su alma con
Voldemort, no podía tocarte por esa razón. Era una agonía el tocar a una persona
marcada por algo tan bueno (2000: 245 y 246).
Y lo que también impresiona de este
libro es que despliega un amplio abanico de cosas nuevas salidas de la imaginación
de la narradora, con los cuales se podría escribir todo un glosario de
neologismos relacionados con los animales, objetos, instrumentos de magia,
libros, etc. Y son tantos que he perdido la cuenta, pero baste un ejemplo para
mostrar ello:
Un
lechuzón entregó a Neville un paquetito de parte de su abuela. Lo abrió
excitado y les enseñó una bola de cristal, del tamaño de una gran canica, que
parecía llena de humo blanco.
—¡Es
una Recordadora! —explicó—. La abuela sabe que olvido cosas y esto te dice si
hay algo que te has olvidado de hacer. Miren, uno sujeta así, con fuerza, y si
se vuelve roja… oh… —se puso pálido, porque la Recordadora súbitamente se tiñó
de un brillo escarlata— … es que has olvidado algo (2000: 124).
Y se siente natural y no forzado ese
mundo de la magia que crea y que no deja de sorprender con cada objeto mágico o
libro de hechicería o estudio de magia mencionado. Y en esto último se observa
claramente la influencia de Jorge Luis Borges, quien también gustaba de citar libros
y autores salidos de su imaginación. Un ejemplo claro de ello lo vemos en la
lista de útiles escolares con una relación de ocho libros que Harry Potter debe
adquirir para su formación como mago:
—
El libro reglamentario de hechizos
(clase 1),
Miranda Goshawk.
—
Una historia de la magia, Bathilda Bagshot.
—
Teoría mágica, Adalbert Waffling.
—
Guía de transformación para
principiantes,
Emeric Switch.
—
Mil hierbas mágicas y
hongos, Phyllida
Spore.
—
Filtros y pociones mágicas, Arsenius Jigger.
—
Animales fantásticos y
dónde encontrarlos,
Newt Scamander.
—
Las fuerzas oscuras. Una
guía para la autoprotección,
Quentin Trimble (2000: 62).
Por lo señalado, la autora ofrece con
esta novela, además, un compendio de lo que una mente creativa puede hacer con
muchas lecturas. No creo que alguien que sepa suficiente de literatura pueda
desaprobar este libro, salvo que se valga para ello de criterios ideológicos o
religiosos extremistas.
Pero lo que no han percibido
algunos de ellos es que la historia también transmite a su manera valores, aunque
no sea ese su objetivo principal. Esto se puede percibir claramente en las
siguientes líneas en que Harry Potter lucha por evitar el regreso de Voldemort,
porque tiene la convicción y el deseo de no pertenecer nunca al «lado tenebroso»,
y hace ello a pesar de las consecuencias que podría acarrear esa decisión, lo
que convierte ello en un acto de gran valentía y de buena voluntad:
—Iré
esta noche y trataré de llegar antes y conseguir la Piedra.
—¡Estás
loco! —dijo Ron.
—¡No
puedes! —dijo Hermione—. ¿Después de todo lo que han dicho Snape y McGonagall?
¡Te van a expulsar!
—¿Y
qué? —gritó Harry—. ¿No comprenden? ¡Si Snape consigue la Piedra, es la vuelta
de Voldemort! ¿No han oído cómo eran las cosas cuando él trataba de apoderarse
de todo? ¡Ya no habrá ningún colegio para que nos expulsen! ¡Lo destruirá o lo
convertirá en un colegio para las Artes Oscuras! ¿No se dan cuenta de que
perder puntos ya no importa? ¿Creen que él dejará que ustedes y sus familias
estén tranquilos, si Gryffindor gana la copa de la casa? Si me atrapan antes de
que consiga la Piedra, bueno, tendré que volver con los Dursley y esperar a que
Voldemort me encuentre allí. Será solo morir un poquito más tarde de lo que
debería haber muerto, porque nunca me pasaré al lado tenebroso. Voy a entrar
por esa trampilla, esta noche, y nada de lo que digan me detendrá… (2000: 223).
El capítulo en donde la imaginación
de la autora resalta más y se luce es el 16. Allí, Harry Potter, Ron y Hermione
van en busca de la piedra filosofal para que no la robe Snape (aunque al final
será otro personaje quien querrá hacerlo) y tienen que sortear una serie de obstáculos
(hechizos) que se le interponen.
Por ejemplo: Fluffy, el perro de
tres cabezas que cuidaba la trampilla que conducía al lugar donde estaba la
piedra filosofal; la planta Lazo del Diablo que envuelve el cuerpo de quien se
le acerque; las llaves aladas, una de las cuales abría la puerta que se interponía
en su camino; el enorme tablero de ajedrez en donde debían ganar la partida
para continuar su búsqueda; el acertijo que debían resolver para seguir
avanzando en su camino a encontrar la piedra filosofal, etc.
El último capítulo también sorprende
porque es inesperado, pero no voy adelantar más detalles sobre el punto para
evitar el spoiler. En la trama de la historia, como ya señalamos, hay también
una estructura policial, pues se intenta resolver un enigma a través de la observación,
el análisis y la deducción para encontrar al autor y su móvil. Con la diferencia
de que en lugar de un crimen se trata de un delito, no cometido, sino que se
cometerá en el futuro.
Así, Harry, atando cabos, va descubriendo
desde los primeros capítulos que algo extraño ocurre. En ello lo ayudan luego
Ron y Hermione. En el último tercio de la novela, logran descubrir que alguien
buscaba algo, y ese algo era la piedra filosofal, y ese alguien era Voldemort,
quien se valdría de otro personaje para conseguir su propósito último, que era apropiarse
de la piedra filosofal y preparar el elixir de la vida, con el fin de obtener
un cuerpo que no tenía en ese momento (empleaba el de otro personaje).
La gradualidad con que se descubren
esos hechos está bien dosificada y revela en este caso también una maestría sorprendente
por parte de la autora. El libro tiene las cualidades suficientes para
convertirse (y definitivamente ya lo ha hecho) en un clásico de la literatura
infantil y juvenil de todos los tiempos, pues dispone de casi todos los ingredientes
para ello.
Se percibe en el libro la ausencia
del tipo de sabiduría que te da el conocimiento profundo de la condición humana
que se observa en El Principito, por
ejemplo, porque sus cualidades se ubican en el campo de la imaginación, la
fantasía y el relato bien contado y estructurado. Es un mecanismo de relojería en
su género que será muy difícil de superar.
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Nota: La foto,
al inicio de esta entrada, fue tomada por Marco Antonio Román Encinas.
Bibliografía
ABC. «Estos son los libros más vendidos de la historia».
En página web del diario ABC. España,
25 de enero del 2018. Consultado el 23 de abril del 2019 en https://tinyurl.com/y6os83pj
FRASER, Lindsey. J. K. Rowling por J. K. Rowling. Barcelona,
España: RBA Libros / Océano Grupo Editorial, 2001.
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