La tercera circunstancia que me permitió escribir este
artículo se relaciona con la 37 Feria del Libro Ricardo Palma, realizada en el
parque Salazar, en el distrito de Miraflores, del 6 de noviembre al 21 de
octubre del 2016.
Se organizó un programa de mesas redondas como parte
de la campaña emprendida por la Cámara Peruana del Libro «Perú, un país de
lectores: por una política nacional del libro y la lectura», campaña que desde
este humilde espacio saludamos y alentamos, por cierto.
Una de las mesas redondas se titulaba «Plan Lector: a
diez años de su implementación». Allí pude enterarme que la Casa de la
Literatura (Caslit) estaba organizando, a su vez, el evento «10 años del Plan
Lector: experiencias en la escuela. Reflexiones sobre la normativa», del 2 al 5
de noviembre del 2016.
En la primera fecha del programa (ver: https://goo.gl/yLOS8x), la directora de la
Caslit realizó la «Entrevista al Dr. Felipe Munita (Chile) sobre mediación de
lectura, hábito lector y enfoques regionales aplicados al fomento de la lectura
literaria».
Si bien yo no pude asistir a ese evento, este
afortunadamente se guardó en video y se colgó en el canal de YouTube de la Caslit
(ver: https://goo.gl/NxsTqb), por lo que semanas más tarde y en la comodidad de mi hogar pude escuchar
su contenido.
En el minuto 48, el investigador chileno hace la
siguiente reflexión: «… Y
por eso es que volvemos a la vieja discusión de lecturas libres o lecturas
obligatorias porque mucha gente dice que no, que en la escuela ya no tiene que
haber más lecturas obligatorias…».
Por la importancia de lo referido en aquel entonces
por Felipe Munita, en la siguiente entrada reproduciremos íntegramente el
fragmento de la entrevista en donde el
investigador chileno da una respuesta fundamentada a esa discusión y la
resuelve satisfactoriamente.
Y para abonar la tesis de Munita al respecto,
añadiremos aquí que ya antes, en su artículo «El placer de leer», Isabel Solé,
otra destacada educadora, se había manifestado sobre el tema en cuestión.
Cuando enumera las seis condiciones para fomentar el
placer de leer en la escuela, se pregunta en relación a la quinta: «¿Qué se
hace con la lectura? ¿se obliga a leer? ¿se recomienda? Si es lectura personal
e independiente, ¿no tendría lógica no intervenir en esos casos en que los
alumnos no quieren leer?» (1995: 7).
Luego, Solé agrega: «Aunque Pennac (1993) reconoce el
“derecho a no leer”, el mismo autor nos da la clave para responder las
preguntas que nos hemos formulado». Esa clave está en las siguientes líneas del
libro Como una novela, del escritor
francés, que la investigadora española cita:
En el
fondo, el deber de educar consiste, mientras se enseña a los niños a leer,
mientras se les inicia en la Literatura, en darles los medios para juzgar
libremente si sienten o no «la necesidad de los libros». Porque si podemos
admitir perfectamente que un particular rechace la lectura, es intolerable que
sea —o que crea que es— rechazado por la lectura.
Ser
excluido de los libros —incluso de aquellos de los que podríamos prescindir— es
una tristeza inmensa, una soledad dentro de la soledad… (1995: 7).
Una escena del libro de Pennac retrata muy bien su
postura frente a la posibilidad de la no lectura de los estudiantes. Cuando el
profesor lanza la pregunta: «—¿A quién no le gusta leer?» en clase, solo unos
«escasos dedos […] no se levantan». Frente a ello, ocurre lo siguiente (vale la
pena reproducir la descripción tan vívida de ese momento):
—Bien
—dice el profe—, como no os gusta leer… soy yo quien os leerá los libros.
Sin
transición, abre su cartera y saca de ella un libro enorme, una cosa cúbica,
realmente inmensa, con una portada brillante. Lo más impresionante que se pueda
imaginar en materia de libro.
—¿Preparados?
No dan
crédito ni a sus ojos ni a sus oídos. ¿Ese tipo les va a leer todo eso? ¡Pero le llevará el año
entero! Perplejidad… Cierta tensión, incluso… No existe un solo profe que se
proponga pasar el año leyendo. O es un jodido vago o hay gato encerrado. Nos
acecha una trampa. Vamos de cabeza a la lista diaria de vocabulario, a la
redacción de lectura permanente…
Se miran.
Algunos, por si acaso, colocan una hoja delante de ellos y ponen sus plumas en
batería.
—No, no,
es inútil tomar notas. Intentad escuchar, eso es todo (2001: 94).
Y, efectivamente, el profesor no se resigna a que los
estudiantes no lean, cuando estos dan a conocer
que no les gusta hacerlo. Y si bien no les ordena tomar un libro, lo que sí
hace es darles la oportunidad de escuchar la lectura de una novela1.
Por eso el profesor les leyó aquel día cuarenta
páginas de El perfume, de Patrick
Süskind, durante una hora de clase. Ese detalle le permite hacer el siguiente
descubrimiento:
El profe
anda a cuarenta por hora.
O sea 400
páginas en diez horas. ¡A razón de cinco horas de lengua por semana, podría
leer 2.400 páginas por trimestre!, ¡7.200 en el año escolar! ¡Siete novelas de
1.000 páginas! ¡En cinco horitas de lectura semanal únicamente! (2001: 106).
Y así es como
ocurre que 35 escolares, a la mayoría de los cuales no les gusta leer, terminan
escuchando la lectura de obras de García Márquez, Ítalo Calvino, Dostoievski,
Jorge Amado, Roald Dahl, Oscar Wilde, entre otros grandes escritores. Y lo más
sorprendente viene luego, según lo cuenta el escritor francés:
… Ni uno
solo, de esos treinta y cinco refractarios a la lectura, ha esperado a que el
profe llegara al final de uno de sus libros para terminarlo antes que él. ¿Por
qué dejar para la próxima semana un placer que podemos ofrecernos en una noche?
(2001: 100).
En
la siguiente entrada veremos cómo la postura de Felipe Munita va incluso un
poco más allá de lo señalado por Daniel Pennac, y se sustenta en investigaciones
y en evidencia empírica.
Si
esta entrada ha sido de tu agrado o te ha sido útil, compártela con tus seres
queridos.
___________________
1
La idea de
leer a los estudiantes para despertar en ellos el gusto por la lectura la
obtuvo Pennac, del poeta francés George Perros, cuando leyó la biografía que de
él hacía Jean-Marie Gibal, quien cita «una frase de una estudiante de Rennes,
donde Perros enseñaba»: «Él (Perros) llegaba la mañana del martes, desgreñado
por el viento y por el frío en su moto azul y oxidada […]. Vaciaba sobre la
mesa un morral de libros. Y esa era la vida» (2001: 77).
Pero la estudiante de
Rennes comentó más detalles sobre su profesor, el poeta Perros, que considero
de interés reproducir: «… Todas sus lecturas eran regalos. No nos pedía nada a cambio
[…]. Tenía una voz sonora y luminosa, un poco aterciopelada, que llenaba
perfectamente el volumen de las clases [...], sin que jamás una palabra sonara
más alta que otras […]. No había más luminosa explicación del texto que el
sonido de su voz cuando anticipaba la intención del autor, revelaba una segunda
intención, desvelaba una alusión…, imposibilitaba el contrasentido […]. La
precisión de su voz nos introducía en un laboratorio, la lucidez de su dicción
nos invitaba a una vivisección […]. Perros resucitaba los autores. Levántate y anda:
de Apollinaire a Zola, de Brecht a Wilde, todos acudían a nuestra clase
completamente vivos, como si salieran de chez Michou, el café de enfrente. Café
donde a veces nos ofrecía una segunda parte […]. No sé cuántos de nosotros se
hicieron profesores…, no muchos, sin duda, y tal vez sea una lástima, en el
fondo, porque, como quien no quiere la cosa nos legó un gran deseo de
transmitir…» (2001: 77-80).
Nota: La imagen, al inicio de esta entrada, se obtuvo de la siguiente dirección electrónica: https://goo.gl/yKgNn0
Bibliografía
CASA DE LA
LITERATURA. «La mediación de
lectura, hábito lector y enfoques regionales de lectura». Entrevista de
Milagros Saldarriaga a Felipe Munita. En
Casa de la Literatura. Lima, 16 de noviembre del 2016. Consultado el 29 de
diciembre del 2016 en https://goo.gl/NxsTqb
PENNAC, Daniel. Como una novela. Barcelona, España:
Editorial Anagrama, 2001. Consultado el 29 de diciembre del 2016 en https://goo.gl/1GLJkr
SOLÉ, Isabel.
«El placer de leer». En Lectura y Vida. Revista
Latinoamericana de Lectura. Año 16, N.° 3, septiembre de 1995. Consultado el 29
de diciembre del 2016 en https://goo.gl/2NuLSq
No hay comentarios.:
Publicar un comentario