El
31 de julio del presente año se publicó en la revista Letras en la Frontera (LEF), de
San Antonio, Texas (Estados Unidos), uno de los mejores microrrelatos
que he escrito y que lleva por título: «La sabiduría del rey Salomón».
A
través de mi cuenta de Twitter (@El_arte_de_leer) recibí muy gentilmente la
invitación el 7 de julio para enviar una
colaboración y así lo hice, un 29 de julio. Pasados dos días lo publicaron. Quien
desee ver la entrada original, puede consultarla en la siguiente dirección
electrónica: https://goo.gl/SFPYWg
Decidí
publicarlo en este espacio virtual también porque sigo creyendo lo que sostuve en
un artículo anterior de este blog, del 9
de marzo del 2014: «Los microrrelatos ofrecen una oportunidad extraordinaria de
despertar en los más reacios el deseo de leer» (ver: https://goo.gl/MNCTmT).
Ha
sido en su momento una buena noticia para mí el saber que el Consejo Editorial
de la revista LEF aprobó y publicó el
texto que les envié, el cual transcribo a continuación.
La
sabiduría del rey Salomón
En aquel tiempo en que todavía no
estaban definidos ni precisados los derechos de autor, vinieron al rey Salomón dos
escritores y se presentaron ante él. Y dijo el primero:
—Yo y este hombre habitamos un
mismo cuarto; y yo escribí una novela corta sobre el Paititi. Y aconteció que
al tercer día de ocurrido ello, este también escribió una novela corta sobre el
Paititi. Una noche el libro de este se quemó, y cambió mi novela que estaba en
la gaveta de mi escritorio por las cenizas de la suya. Al levantarme, fui en
busca de mi libro y solo encontré las cenizas, pero me percaté que no era mi
libro, sino el de mi compañero de cuarto.
Entonces, el otro escritor dijo:
—No fue así como ocurrieron los
hechos. Hace mucho tiempo que escribí mi novela sobre el Paititi, la tenía
guardada en un cofre de madera y la corregía en las tardes; y es la que está
intacta y —dirigiendo una mirada torva a su compañero de cuarto— la tuya es la
que se ha quemado.
—No, tu novela es la que se ha
quemado y la mía es la que está intacta.
Así discutían delante del rey,
entonces este los interrumpió:
—Traedme una espada.
Y le trajeron una espada.
Enseguida el rey dijo:
—Partid por la mitad la novela
sobre el Paititi y dad una mitad al uno y la otra mitad al otro.
Y como ambos escritores habían
leído la Biblia, dijeron al unísono:
—Ah, señor, dad a este la novela
entera y no la partáis.
Esto desubicó al rey Salomón, lo
hizo dudar por un instante y pensó: «Algo no anda bien en esta historia».
Entonces, se le ocurrió pedir que le trajeran un vaso de agua porque, según
explicó, sentía seca su garganta. Bebió el contenido con parsimonia, y, luego
de ingerir el último sorbo que le tomó más tiempo que los anteriores, decidió:
—Bien, como ambos han mostrado un
verdadero amor por la novela sobre el Paititi y no se puede saber a quién
realmente pertenece, entonces yo me quedo con el libro.
Si
esta entrada ha sido de tu agrado o te ha sido útil, compártela con tus seres
queridos.
___________________
Nota: El dibujo Salomón escribe los Proverbios, de Gustave Doré, al inicio de esta
entrada, fue tomado de la siguiente dirección electrónica: https://goo.gl/hyffb6
Bibliografía
ROMÁN ENCINAS, Marco Antonio.
«La sabiduría del rey Salomón». En revista Letras en la Frontera, 31 de
julio del 2017. Consultado el 16 de septiembre del 2017 en https://goo.gl/SFPYWg
__________________ «Los
microrrelatos, la lectura y la creatividad». En blog El Arte de Leer, 09
de marzo del 2014. Consultado el 16 de septiembre del 2017 en https://goo.gl/MNCTmT
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