Luis Fernando Afanador posee el siguiente currículum: «Abogado con maestría en literatura. Fue catedrático en las universidades Javeriana y de los Andes. Codirigió el programa Librovía de la Alcaldía Mayor de Bogotá y fue editor de Semana Libros. Ha publicado Julio Ramón Ribeyro, un clásico marginal (ensayo, 1990); Extraño fue vivir (poesía, 2003); Tolouse-Lautrec, la obsesión por la belleza (biografía, 2004) y La tierra es nuestro reino (antología de su poesía, 2008). Poemas suyos han aparecido en diversas antologías y en 1996 fue finalista en el Premio Nacional de Poesía. Es colaborador habitual de varias revistas colombianas donde publica artículos de opinión, ensayos y crónicas. Actualmente es crítico de libros y blogger de la revista Semana» (véase: http://www.librerianorma.com/autor/autor.aspx?p=UoXD7QqTyEsNdPAPkvCpKqnEuMeuaF03).
En el blog Escrituras Univalle, que pertenece a los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle (Cali, Colombia), Fernando Afanador publicó el texto «Tribulaciones de un comentarista de libros» (http://escriturasunivalle.blogspot.com/2009/03/tribulaciones-de-un-comentarista-de.html), del que he extraído los fragmentos que considero más útiles.
«Se nos pide, en aras de la concreción, que nos limitemos a dos puntos: criterios de selección y formas de abordar la escritura de una reseña. Voy entonces al asunto sin dilaciones para que en este breve espacio, y así sea un poco de contrabando, tenga tiempo de referirme a algo que me parece capital: qué es un reseñador, cuál es su estatuto. Porque finalmente todo se relaciona.
»Bien, ¿cómo escoger un libro? En primer lugar, como lo haría cualquier lector, como alguna vez me dijo Alberto Manguel que operan los lectores: por azar. La clave para encontrar un gran libro desconocido es igual al encuentro con otros seres humanos: un perfume, una cara, un gesto. “El hecho de que nos pisen en el tranvía y de ahí resulte una relación. Todo comienzo es válido”.
»En términos prácticos eso quiere decir que debemos ir más allá de los libros que nos envían las editoriales que, por supuesto, manejan sus propios intereses. Hay que ir a las librerías y buscar en los anaqueles escondidos: la vitrina de las novedades se mueve a un ritmo demasiado rápido e injusto. (Aquí quiero hacer un paréntesis: cuando empezaba en este oficio era muy cuidadoso de sólo reseñar libros que tuvieran máximo un mes de haber salido al mercado pero luego comprobé que nadie es muy estricto al respecto y el criterio es bastante amplio: he llegado a leer reseñas de libros con más de un año de aparición, lo cual, por lo demás, me parece muy bien: los buenos libros no envejecen y nunca es tarde para dar noticia de ellos)».
(…)
«Voy a decirlo de una vez: pertenezco al bando de la crítica celebratoria. Sólo vale la pena hablar leer (sic) aquellos libros que nos han conmovido, que no han sido escritos para el olvido sino para perdurar. Los que, de alguna manera, son sobresalientes, los que nos hacen mejores, los que provocan el comentario: “Las grandes obras de arte nos atraviesan como grandes ráfagas que abren las puertas de la percepción y arremeten contra la arquitectura de nuestras creencias con sus poderes transformadores. Tratamos de registrar sus embates y de adaptar la casa sacudida al nuevo orden. Cierto primario instinto de comunión nos impele a transmitir a otros la calidad y la fuerza de nuestra experiencia y desearíamos convencerlos de que se abrieran a ella”. Por eso la crítica, según dice George Steiner a quien pertenece la cita anterior, debe surgir de una deuda de amor».
(…)
«Segundo punto. ¿Cómo escribir una reseña? Como si fuera el mejor ensayo breve, con la contundencia de los cuentos memorables, con claridad y lucidez. Claro, es casi imposible, pero debemos intentarlo.
»Para matizar la anterior respuesta es necesario entrar en el tercer punto, qué es un reseñador.
»Creo que es un híbrido. Es una rara especie que es mitad crítico y mitad divulgador; es un lector bien informado: el espectro es amplio. Por eso pienso que cada reseñador finalmente, con su trabajo, define lo que quiere ser. Puede llegar a ser un crítico serio y riguroso pero también puede convertirse en un vulgar copiador de solapas: está en sus manos. No sobra decir que esto último es lo que algunas editoriales quieren que seamos: vulgares copistas de solapas que les exhibimos sus libros.
»Si el reseñador se define como crítico tendrá algunos problemas al escribir su reseña. Si sólo profundiza en el texto puede volverse demasiado abstracto: no puede olvidar que le está hablando a alguien que todavía no ha leído el libro y que muchas veces sólo quiere saber de qué se trata. Debe, entonces, dar esa información —sin exagerar, para no dañar la lectura— sin olvidar su juicio crítico. Y debe escribir con pasión porque la pasión contagia. Me refiero a esa pasión inteligente, ese tono personal que tienen los grandes ensayistas desde Montaigne hasta George Steiner. Hay que evitar a toda costa ese lenguaje neutral y eunuco, salpicado de neologismos, que se practica en las universidades con la falsa excusa de la objetividad.
»Alguna vez alguien me dijo que después de leer una reseña mía le dieron ganas de ir a comprar el libro, ahí mismo, aunque fuera domingo. Es lo mejor que me han dicho de mi trabajo, es lo máximo a que aspiro. Recomendar un buen libro, compartir esa alegría. Dar a conocer princesas encantadas y comerme en silencio unos cuantos sapos. Y sentir una culpa infinita por todos esos grandes libros, esos perfumes, esos bellos gestos, que pasaron por nuestro lado y no supimos ver».
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Nota: La foto que encabeza el texto es de la Biblioteca del Monasterio de Strahov, en Praga, capital de la República Checa y fue tomada de la siguiente dirección electrónica: http://bcehricardogaribay.wordpress.com/2008/12/15/las-bibliotecas-mas-bonitas-del-mundo/
Bibliografía
FERNANDO AFANADOR, Luis. «Tribulaciones de un comentarista de libros». En: Escrituras Univalle. Laboratorio de escrituras de los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad del Valle (Cali, Colombia). Consulta: 26 de enero del 2011. <http://escriturasunivalle.blogspot.com/2009/03/tribulaciones-de-un-comentarista-de.html>
LIBRERÍA NORMA. «Autor(es) / Luis Fernando Afanador». Consulta: 26 de enero del 2011. <http://www.librerianorma.com/autor/autor.aspx?p=UoXD7QqTyEsNdPAPkvCpKqnEuMeuaF03>